Porqué me quité del vicio…

Del vicio del Masoquismo.

Verán, la Leona Blanca, mi Peugeot Vivacity 100, con motor de 100cc de dos tiempos, ya me había fallado en dos ocasiones. Esta fué la tercera y última. Compré, nuevamente, el pistón, camisa y anillos en Inglaterra, la reparé, y la apalabré con un amigo, que me la pagará en Diciembre. Calculo que gasté mas de diez mil pesos mexicanos en reparaciones.

Pero esta última vez, fue suficiente. No estoy ya para andar empujando motos en pleno solazo veraniego norteño, durante casi 4 kilómetros.

Hé aquí el relato de la última vez que se echó la Leona…

¡Aaaaaarrrrrgh! ¡Esta Leona, esta Leona! ¡Aaaaaargh!

Este viernes, como cada 14 días, fuí a Pharr/McAllen a comprar la comida para los perritos, y alguna cosillas más.

La ida, normal. Pero como que ya tenía varios días oyéndose un poco mas ruidoso el mofle. Pienso que, cuando lo aflojaron para quitar y reparar la llanta, no lo dejaron bien. Además, antes de salir, revisé la presión de aire en las llantas, y encontré una mancha de aceite en el rin trasero.
Pensé: “Mañana la llevo a checar con el mecánico”.

Me fuí temprano, para regresar temprano y evitar los solazos a partir de las 11:30~12:00. Por desgracia, y debido a la sobre-exposición al sol durante mi jumentud y adulterez, al ser dichas exposiciones acumulativas, y al ser de piel blanca, tengo grandes posibilidades de desarrollar cáncer en la piel. Ya me han retirado 3 crecimientos pre-cancerosos en las manos, y el dermatólogo me tiene prohibido el asolearme. Según él, debo vivir como vampiro.

En fin… Venía de regreso, y comenzó a oirse demasiado ruido al agarrar la velocidad de crucero de 70 Kmph, así que tuve que bajarle a 55~60 Kmph. Lo malo es que el ruido comenzó a notarse también a bajas velocidades. Faltando unos 4 Km para llegar al Puente Internacional, al hacer alto en una luz roja, la Leona se apagó.

Como ya há pasado antes, no me preocupé. Me orillé a la orilla , y traté de prenderla. Y traté, y traté…
Siendo ya las 11 y algo de la mañana, el sol estaba cayendo “a plomo”. A una cuadra de distancia ví una gasolinera abandonada, y comenzé a empujar a la Leona para de perdida estar en la sombrita mientras pensaba en que hacer.

Seguí intentando, pero nada… Solamente “estareaba”, pero hasta ahí.

Pensé hablarle a mijo, pero anda en Camargo, y se desocupa hasta las 5pm, así que no era opción.
“Ni modo”, me dije, “tendré que empujarla hasta Reynosa”.

Y ahí me tienen, caminando bajo el solazo del mediodía, a 39ºC, sin gorra para protegerme un poco, pues me quité el casco porque me estaba asando, y pensando que estaba haciendo “barbacoa de cabeza”.
A unos 2 Km de donde empezé, me paré bajo una sombra porque ya no aguantaba los brazos, y la respiración ya estaba muy entrecortada. Eso es lo malo de la vida sedentaria que hé llevado en los últimos 7 años.

Aproveché para tomar una foto de parte del famoso muro que están levantando los gringos para que dizque no pasen los “mojados” a “quitarles trabajos”.

¿Alcanzan a ver los anuncios de la gasolinera? Son los rectángulos pequeñitos que se ven a la izquierda de la foto, casi sobre el bordo de contención. Aquí ya llevaba 2 Km empujando a la Leona, faltaban otros dos, y como pueden ver, ni má’ de sombra.

En serio, ya sentía la boca reseca, reseca, y a pesar de que la Leona es muy ligerita, irla empujando 4 Km en ese calorón y con ese solazo, no se lo deseo ni a mi peor enemigo…

A la mitad del camino...

A la mitad del camino...

Total, logré llegar a las casetas de cobro, cruzar el puente, y me fuí a meter al primer estacionamiento que encontré. Casi ni podía respirar, ni hablar, y estaba completamente empapado de sudor. ¿Han visto a los camarones recién cocidos? Pues esa bonita tonalidad de rojo me cargo.
Bueno, pues le encargué la moto al chavo que cobra en el estacionamiento, le pedí que llamara un taxi, y pasé todas las compras al taxi.

Ya en la casa, después de ingerir cantidades enormes de agua y té helado, y de darme un buen baño (otra vez), le telefonée <- al mecánico, pues recordaba que tenía una camioneta. Pensé que podríamos ir por la Leona, pero no; está descompuesta la camioneta. Eso dijo…

Pues ni modo, a esperar a mijo. Llegó como a las 6:30pm, ya está cerrado el Taller a esas horas.
Me prestó la camionetona, fuí al estacionamiento ($50, mas $1 dólar de propina al chavo por haberme ayudado a subir la Leona a la Avalanche), y aquí está la Leona, esperando a que la lleve mañana a ver que ^&$%@$ tiene, y ¢uanto $aldrá la reparación…

La Leona Herida, lista pá'l hospital.

La Leona Herida, lista pá'l hospital.

Y así quiero aventarme a Tampico… ¡Já! Mañana les informo lo que suceda.

¡Ah! Miren como me quedó el brazo. Y la cara la traigo peor.

Una verdadera lástima que me haya salido mala la Leona, porque cuando trabaja, funciona muy bien.

Estoy usando ahora una Suzuki GZ250, pero sigo extrañando la facilidad y comodidad de una scooter.

Tengo planeado vender esta GZ, la Yamaha XJ750 y tratar de conseguir una scooter de 250cc para arrriba, unos 400cc, tal vez.

Pues aunque no es difícil una moto de cambios, la Leona Blanca me “echó a perder”.

Ya veremos que pasa.

Saludos desde Reynosa.
macnifico (a) El Camarón

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