Tres rumbo a La Candelaria, Mezquital

Esta rodada tuvo lugar el domingo 14 de febrero, un día en que originalmente tenía planeado quedarme en casa, pero sin embargo, durante la semana previa a este día recibí un mensaje de Stephen, quien me invitaba a hacer algún recorrido entre La Flor y el Mezquital, explorar por algunos caminos por esa zona en el sur de el estado. Así que bueno, yo ya tenía tiempo queriendo rodar con el así que sin dudarlo acepté la invitación.

Tres poderosas en el municipio Mezquital, Dgo.

Tres poderosas en el municipio Mezquital, Dgo.

Quedamos de vernos a las 9a.m. en una gasolinera donde también llegaría Mendia, a quien conocí la segunda vez que fui a Navios y con quien ya no pude concretar alguna salida desde entonces. Llego a las 9 en punto, cargo gasolina y a los pocos segundos llega Mendia, en poco tiempo nos alcanzó Stephen, cargó gasolina y a las 9:15 ya vamos empezando esta rodada, que aunque no teníamos una idea clara del destino minutos antes de salir acordamos en irnos a el Mezquital y de ahí seguir a Temohaya y la carretera en construcción que va hasta Ruiz, Nayarit.

Rodamos detrás de una china nada banquetera

Rodamos detrás de una china nada banquetera

Vamos saliendo de la ciudad por la carretera a el Mezquital, el día es semi-nublado, fresco pero sin llegar a frío y no hay viento a diferencia de un día anterior que gozamos un fuerte ventarrón en Ventanas. Vamos rodando por esta carretera que ya conocen de un relato anterior. Al principio es plana, recta, aburrida, pero lo que la hace especial por esta ocasión es que voy acompañado de dos motociclistas con dos motos similares en concepto a la mía aunque cada una con sus peculiaridades. Va Mendia en su Honda NX4 Falcon, una doble propósito ligera de media cilindrada que goza de una excelente aceleración que la hace parecer más potente de lo que es en realidad, además llevada por buenas manos es muy eficaz en curvas de carretera, también va Stephen, en su Kawasaki KLR 650, la moto por excelencia de los aventureros, capaz de meterse en casi cualquier tipo de terreno, cómoda para viajes largos, muy ágil en carreteras de curvas y con una autonomía de combustible que te permite disfrutar sin preocuparte por donde está la próxima gasolinera. Estas dos excelentes máquinas son las primas de mi DR200, de la cual ya he dicho bastante en relatos anteriores y podré decir algo más a lo largo de este relato. Por cierto, apenas saliendo de Durango rodamos algunos metros detrás de una moto china, no reconocí la marca y/o modelo, pero saludé a su piloto al adelantarlo y ya no me fijé si correspondió o no.

Ya me quedé un poco atrás...

Ya me quedé un poco atrás...

Vamos rodando sin el orden estricto de las típicas caravanas que se forman de customs o deportivas. Al principio Mendia va al frente, luego Stephen y al final yo, vamos a 90km/hr que es mi velocidad crucero, pero luego de pasar los primeros pueblos ellos comienzan a acelerar y me voy quedando un poco, pero aún los sigo viendo a lo lejos. Comienzan algunas subidas y curvas, veo como la potencia de los 199cc de mi DR se quedan cortos contra los de mis compañeros de viaje así que veo como se van alejando un poco cada metro. Pasan las primeras curvas y finaliza la subida por la que veníamos y veo a mis compañeros detenidos en un sitio para tomar unas fotos, es el mismo donde me detuve la anterior ocasión que estuve por aquí.

Con Stephen

Con Stephen

Continuamos, ahora el camino es principalmente plano pero salpicado de buenas curvas, ahora si ruedo cerca de mis compañeros y no se van tan lejos, aunque se nota la experiencia de ambos ya que trazan cada quien a su estilo estas magníficas curvas, ambos a un excelente ritmo, Stephen colgándose como si trajera una deportiva, Mendía algo más convencional pero igualmente eficaz. Yo voy ahí cerca, detrás de ellos admirando y tratando de aprender un poco de sus trazadas.

Dos experimentados motociclistas con las curvas que los esperan al fondo

Dos experimentados motociclistas con las curvas que los esperan al fondo

Llegamos al Mezquital y Mendia y yo cargamos gasolina para asegurar que completemos para la rodada y no tener que pedirle prestada a la KLR650-pipa de combustible jeje, que sin problemas alcanzaría para rodar todo el día, casi 500 kilómetros, mucho más de lo que rodaríamos hoy. Con una sonrisa alcanzo a ver a lo lejos tu señal de humo. Regresamos unos metros por la carretera Mezquital – Durango hasta tomar la desviación a Temohaya y ahí vamos, ahora si, empieza lo bueno, subimos un cerro entre curvas que cada vez se ponen mejor, casi como las de la carretera a Mazatlán pero con la ventaja de que casi no tenemos tránsito de otros automóviles, pero también está el inconveniente de que hay diversos derrumbes de rocas sobre la carpeta asfáltica. De pronto la subida es muy intensa, voy a mi ritmo y mis compañeros se alejan, es aquí cuando de pronto siento que la DR no tiene la potencia suficiente, pero bueno, es suficiente para mi y las aventuras que realizo, mis amigos van disfrutando de sus motos y todos hacemos lo propio con la carretera y los paisajes, además de que Stephen de pronto detiene un poco el ritmo para observar detalles geológicos de diversos puntos del camino. Buena parte de este tramo de curvas en lo alto de una meseta lo recorrí a baja velocidad entre neblina la última vez que vine, pero ahora puedo ir rápido y a la vez disfrutando paisajes que no vi antes.

Ideas para futuras rodadas...

Ideas para futuras rodadas...

Nos detenemos a tomar una foto precisamente en el sitio más lejano al que había llegado en este camino, aquí Stephen nos comienza a hablar un poco de las características geológicas del sitio que pisamos, es la Caldera de Temohaya y según lo que nos comentó hace millones de años fue escena de la más intensa actividad volcánica en el mundo, generando el relieve de los paisajes de que ahora gozamos. Además de que hay una teoría de que la fuerte actividad volcánica de este sitio fue la que terminó con los dinosaurios.

Ahí estuve antes, si cambia mucho sin las nubes tormentosas

Ahí estuve antes, si cambia mucho sin las nubes tormentosas

Stephen ya conoce este camino, Mendía apenas va conociendo este rumbo y para mi es nuevo de aquí en adelante, así que voy disfrutando como pocas veces la rodada. Este camino es la carretera Durango – Tepic que está en construcción, así que buena parte está pavimentada, otros tramos aún están en terracería pero casi siempre en excelente estado. Estoy maravillado conociendo paisajes que jamás imaginé y que desgraciadamente no me di el tiempo para captar en imagen un poco de la sensación de los grandes espacios y alturas de las que apenas formé parte por un instante insignificante.

Falcon & KLR650

Falcon & KLR650

Las montañas del fondo y el cañón entre ellas se ven impresionantes en vivo

Las montañas del fondo y el cañón entre ellas se ven impresionantes en vivo

Pasando Temohaya en un tramo que la carretera va bajando un cerro con varias curvas se ve al frente otras curvas que vienen bajando y a mi izquierda pero un poco atrás un puente que cruza el Río Mezquital. No se explicarme, pero me da la impresión de que la carretera no nos llevará a cruzar el río por el puente que se ve, sino que seguiremos derecho y habrá una desviación para llegar a el puente regresando un poco. Pero esto no es así, la caprichosa carretera nos lleva a el puente pese a nuestra sorpresa (al menos de Mendia y de mi, que coincidimos en esta perspectiva), más no de Stephen que ya conocía el camino. Creo no se entiende lo que escribí, pero es bastante desconcertante esa parte de la montaña, de las curvas y del río con todo y su puente, tienen que estar ahí para entenderlo y vivirlo.

Río Mezquital

Río Mezquital

Seguimos, seguimos por carretera, terracería, carretera y así alternadamente. Nos topamos a ratos con máquinas y trabajadores de los trabajos de construcción de esta carretera. Los saludamos cortésmente y creo que de algún modo rompemos la monotonía de su labor diaria, pues no creo que sea muy común ver tres motociclistas por esos rumbos.

Excavadora Caterpillar 330L en carretera Durango - Tepic

Excavadora Caterpillar 330L en carretera Durango - Tepic

En algún punto unos 10 kilómetros antes de llegar a La Candelaria nos detenemos pues Stephen quiere ver un estrato que le había llamado la atención desde algún recorrido anterior, tomamos algunas fotos del paisaje, conversamos sobre cosas irrelevantes y otras más importantes, nos seguimos admirando del lugar, para Stephen es mejor que la carretera a Mazatlán, a Mendía también le ha gustado mucho la ruta, son de los mejores paisajes que ha visto en su vida. A mi me quedan las ganas de recorrer la ruta completa hasta Nayarit, pasando por Jesús María y Ruiz, al parecer la ruta se puede hacer en un día así que bueno, es una ruta más a planear para un puente o unas vacaciones… No quiero ni imaginar el nuevo mundo que podré conocer por ahí.

Hasta aquí llegamos

Hasta aquí llegamos

Son las 12:37pm y decidimos regresar, pues el plan era estar de regreso en Durango a las 3pm y el tiempo es justo. No llegamos a ningún destino, no era el plan. Sólo queríamos salir a rodar y en el transcurso Mendía y yo conocimos grandiosos paisajes, mientras que Stephen pudo recorrer de nuevo una de sus rutas favoritas. Vamos de regreso, disfrutando de nueva cuenta pero desde otra perspectiva los paisajes que acabamos de admirar hace unos minutos.

Esa foto pudo quedar mejor, la montaña es majestuosa

Esa foto pudo quedar mejor, la montaña es majestuosa

Al principio en los tramos de terracería y pavimento alternados nos mantenemos unidos, Stephen va adelante y atrás Mendia y yo, que en ocasiones me detengo a tomar fotografías, también Stephen lo hace para tomar fotos de algunas rocas que nos indica provienen de una explosión de la Caldera de Temohaya por su forma angulosa y por su ubicación en los estratos.

¿Ves la carretera al fondo a la derecha?

¿Ves la carretera al fondo a la derecha?

También rodamos en tierra

También rodamos en tierra

He olvidado mencionar el clima y sus variaciones conforme avanzaron los kilómetros, pero en el Mezquital hacía algo de calor, luego comenzamos a subir y en la parte más alta de la meseta se sentía un frío muy agradable, luego bajamos hasta Temohaya y ahí se siente de nuevo calor, luego el camino volvió a subir poco a poco hasta sentir de nuevo fresco. Así que en el regreso volvimos a sentir todos estos cambios de temperaturas con las consecuentes variaciones en la vegetación del lugar. Cuando termina definitivamente la terracería y comenzamos a subir mis compañeros se van alejando, van a su ritmo, muy fuerte y disfrutando cada curva. Yo por mi parte hago lo propio aunque cada vez los veo más lejos hasta que Stephen va disminuyendo su ritmo poco a poco, es que va viendo las formaciones geológicas en diversos sitios y así lo alcanzo, ya cuando ve que voy con el se va a paso tranquilo, trazamos juntos muchas de las curvas en lo alto de la meseta, poco a poco vamos más rápido y ya cuando la carretera comienza a bajar rumbo a el Mezquital ahora somos el y yo quienes vamos muy fuerte, esta vez los motores ya no son tan relevantes, sino el control sobre la moto y de nuevo, voy aprendiendo de sus trazadas, hasta que en una cerrada y larga curva a la derecha en una fuerte pendiente de bajada voy a su ritmo, voy trazando bien pero de pronto cuando voy entrando pienso que voy demasiado rápido, pero no puedo frenar, eso sería peor así que solo me inclino lo suficiente y salgo bien librado. ¡Vaya! ¡No sabía que mis llantas tenían tan buen agarre! O al menos no me había atrevido a hacer eso en una curva de bajada, pues siempre me ha pasado que tomo más lento una curva de bajada que cuando la tomo de subida. Creo es falta de confianza, pero al menos por esta ocasión aprendí algo nuevo.

Entrando a una curva suave

Entrando a una curva suave

Hace varios kilómetros que no veíamos a Mendia, así que cuando llegamos a el entronque con la carretera Mezquital – Durango el está descansando en una sombra a un lado de la carretera con tres refrescos y unas golosinas. Aceptamos su invitación y ahí nos quedamos un rato conversando de motos, de las que nos gustaría tener, de las que tuvimos, de algunos viajes anteriores, etc. Claro que yo quiero una KLR650 como la de Stephen, que bueno, en sus manos se ve muy ligera y fácil de llevar, es muy rápida y potente, se ve que va rápido y sube las pendientes sin forzarse, además en terracería se nota muy fluida.

En pequeño descanso

En pequeño descanso

Así estábamos cómodamente conviviendo a la sombra de unos mezquites cuando de pronto, una camioneta que había llegado a un expendio de cerveza que estaba frente a nuestra ubicación quiso dar vuelta para regresarse y en la maniobra quedó a 1 o 2 centímetros de pegarle y tumbar la KLR650, yo no me había dado cuenta pues estaba de espaldas, pero en cuanto Stephen gritó rápidamente Mendia y yo nos pusimos de pie para ver que pasaba y el señor de la camioneta ni nos volteó a ver. Era una camioneta Ford F-150 de principios de los noventa, sin placas y el conductor me dio la impresión de que andaba ebrio. Ya luego de ese pequeño susto tomamos camino de regreso a Durango. Me fijo en el sitio del accidente del que fui testigo la última vez que pasé por aquí y vi una cruz, lo cual me hace pensar que la víctima finalmente falleció, no me quise detener a averiguarlo, pero me quedo tranquilo de que hice lo que estuvo en mis manos en el momento.

Un pequeño cañón

Un pequeño cañón

El regreso pasa rápido disfrutando tantas curvas y rectas largas en longitud pero cortas en tiempo necesario para recorrerlas, mis compañeros van adelante, desde que partimos del último descanso iban a un fuerte ritmo, hasta parecía que iban jugando carreras. Ya casi llegando a Durango vamos rodando juntos, vemos una camioneta tipo Van accidentada pero se ve que ya no hay personas en el lugar y que además hay botellas de cerveza. Ese factor común en los accidentes. ¿Hasta cuando entenderemos que conducir en estado de ebriedad es sumamente peligroso? Llegamos a Durango, ya ni nos despedimos formalmente, sólo un saludo en un semáforo en rojo y cada quien toma rumbo a su casa. Un gusto Mendia y Stephen compartir con ustedes esta grandiosa ruta. Espero próximamente volver a rodar con ustedes y disfrutar nuevos caminos y paisajes o los mismos de otras ocasiones, ya que a pesar de repetir el camino una rodada nunca es igual a otra. Como ya lo mencioné, esta ruta me deja con las ganas de continuar hasta Nayarit, sin duda algún día lo haré, sólo o acompañado ¿te gustaría ir conmigo?

Primera parte del recorrido

Primera parte del recorrido

Segunda parte

Segunda parte

Distancia total recorrida: 305km

Allá van adelante

Allá van adelante

Esas montañas...

Esas montañas...

Montañas plásticas

Montañas plásticas

Fin