Once Upon a Time in Mexico, Vamos a JARAL DE BERRIO

Viajar en el tiempo, algunos creen que es imposible, pero en este mismo momento estamos viajando en el tiempo, con una dirección y una velocidad que no podemos cambiar, a lo largo de este viaje todo desaparece tarde o temprano, pero es mas triste aun, cuando algo, aun antes de desaparecer simplemente cae en el olvido.

Nuestro destino es una Hacienda que se quedo perdida en el tiempo, una historia fascinante, un lugar que de ser la zona mas rica de México simplemente quedo en el abandono, si señores vamos a rodar en 125c.c. Vamos a estrenar esa GN125 y vamos a conocer JARAL DE BERRIO acompañados por el buen Romano y su Tornado.
Este fin de semana es oficialmente la primer rodada de la GN de Beto, hago un paréntesis para presentarla, ya tienen nombre, aunque algunos no les guste bautizar sus vehículos, el nombre les da personalidad, que seria del ESPIRITU DE SAN LUIS si Charles lindberh no lo hubiera bautizado, algunos otros como el ENOLA GAY nos recuerdan la estupidez humana, en fin ahí esta el nombre que llevara a lo largo de Kilómetros: la GN125 de LEON, GTO. Será conocida como Vivi, este nombre salio porque según Beto NO ES UNA MOTO NORMAL (que loco).

Beto y Yo nos reunimos minutos antes de las 9 am. Veo mi celular y un mensaje de Romano me dice que siempre si va con nosotros, rayos vamos a llegar tarde, no pensé que pudiera venir, le aviso que apenas estamos saliendo y me dice que nos espera en Silao, así que apuramos el paso a lo que nos permiten nuestros 125 c.c.

La León-Silao es una carretera aburrida, de tres carriles, en muy buenas condiciones, el único peligro son los correlones que van arriba de 140 km/h. llegamos a Silao pasaditas las 9:30 y nos dirigimos a la salida a San Felipe, en un Oxxo Romano aguarda pacientemente, es extraño, somos de diferentes ciudades y diferentes edades, aun así esta naciendo una amistad entre nosotros y hasta parece mentira que es apenas la segunda vez que nos vemos en persona.

Después de presentar a Romano con Beto, ver un par de detalles de la ruta tomamos camino, prendemos la maquina del tiempo, el condesandor de flujo espera a que mi velocidad aumente y poco a poco vamos retrocediendo en el tiempo.

La carretera Silao-San Felipe es reciente esta en buen estado, aun así tiene la fama de ser la ruta mas trágica de todo Guanajuato, cobra varias muertes al mes, la principal causa de estos accidentes es el exceso de velocidad.
Rayos soy el mas lento, esa GN esta aflojando motor como se debe, pero aun así lleva un mejor paso, tengo que dejar de tomar cerveza, en las pendientes me quedo atrás muy atrás, Romano y Beto tienen que esperarme un par de veces, otro detalle que note es que mi velocímetro marca 105km/h mientras que el de la GN dice ir a 110 km/h y la Tornado marca apenas 97km/h el desfase es mucho, creo que el mas exacto, es el de la Tornado.

Pasamos de largo San Felipe y seguimos con rumbo a San Luis Potosí, hay paisajes soberbios por estar en medio de la sierra, aunque las curvas son escasas y no representan mucho reto, pasamos junto a la sierra del Cubo, que espero poder explorar en futuras salidas.

De nuevo voy atrás de nuestro pequeño grupo, entre los sembradíos veo un par de torres un tanto fuera de lugar, adelante me esperan Beto y Romano.
Lo logramos estamos en Jaral de Berrio, tomamos la calle principal entre casas humildes y rancherías, hay gente descansando afuera de la tienda, salvo eso todo luce abandonado, no hay nada extraño en este lugar, hasta que al dar la vuelta en una esquina a no mas de un kilómetro de la carretera, lo logramos estamos en una parte de México donde el tiempo pierde su esencia.

Una plaza de armas frente a un espectacular casco nos da la bienvenida, estamos en la Hacienda del marques de Berrio, un hombre tan rico y poderoso que sus terrenos abarcaban desde Durango hasta el Estado de México el podía recorrer esta ruta sin salir de sus propiedades, por coincidencia yo conozco bien lo que abarca este tramo y no me imagino a alguien con tantos terrenos y tanta gente a su servicio.

Salvo una familia de San Luis Potosí, somos los únicos en el lugar, la hacienda esta cerrada y me incomoda el pensar que tal vez no logremos entrar.
Un niño en bicicleta llega y nos pregunta si queremos conocer la hacienda, le decimos que claro que si (pues a eso vinimos que no) nos responde que si le damos pal chesco puede ir a hablarle al cuidador, pues que esperas niño.

En cinco minutos estábamos entrando a la hacienda, antes que nada les dejo un poco de Historia.
En sus inicios, estas tierras fueron habitadas por indios guachichiles y al llegar los colonizadores las convirtieron en terreno de pastoreo y en una estancia de agricultores. Las primeras crónicas del valle de Jaral datan de 1592, y ya para 1613 su segundo dueño, Martín Ruiz de Zavala, comienza a edificar. Pasan los años y los propietarios se suceden por compra o por herencia. Entre éstos destacó Dámaso de Saldívar (1688), quien también fuera dueño del predio donde se ubican las ahora oficinas centrales del Banco Nacional de México. Entre otras cosas, este hombre ayudó con dinero a las extraordinarias pero peligrosas expediciones que se hicieron por esa época en el norte de la Nueva España.

El primer Berrio en llegar a esta hacienda fue Andrés de Berrio, quien al casarse en 1694 con Josefa Teresa de Saldivar se convirtió en propietario.
La hacienda de Jaral de Berrio era tan productiva que las personas que fueron sus dueños se convirtieron en algunos de los hombres más acaudalados de su época, a tal grado que se les concedía el título nobiliario de marqués. Tal fue el caso de Miguel de Berrio, quien en 1749 llegó a ser dueño de 99 haciendas, siendo la de Jaral la más importante de ellas y algo así como la capital de un “pequeño” estado. Con él se iniciaron las ventas de productos agropecuarios de la hacienda en otras poblaciones, incluyendo México.

Los años siguieron pasando y la bonanza continuó para este lugar Juan Nepomuceno de Moncada y Berrio, tercer marqués de Jaral de Berrio, fue el hombre más rico de México en su época y uno de los mayores terratenientes del mundo según Henry George Ward, ministro inglés en 1827. Se cuenta que este marqués tuvo 99 hijos y a cada uno de ellos le regaló una hacienda.

Cada uno de los propietarios le fue agregando construcciones a la hacienda, y cabe decir que son estos contrastes arquitectónicos los que la hacen más interesante. En algunos casos, fueron los trabajadores los que con sus ahorros pusieron su granito de arena. Así sucedió con una de las armas de llaves de la hacienda que por esfuerzo propio empezó a levantar la iglesia dedicada a Nuestra Señora de la Merced en 1816. Después, como un anexo a la misma, don Juan Nepomuceno levantó una capilla de enterramientos para él y su familia.

Con el tiempo, la hacienda siguió creciendo en riquezas, fama e importancia, y sus productivos magueyales surtían a las fábricas de mezcal de la Soledad, a la de Melchor, a la De Zavala y a la de Rancho de San francisco, donde con tecnología rudimentaria pero propia de la época, las pencas se convertían en el apreciado licor.

Aparte de la elaboración y venta de mezcal, la hacienda de Jaral tuvo otras actividades de importancia como la fabricación de pólvora, para lo cual se aprovechaban sus tierras nitrosas y las de la hacienda de San Bartolo. Agustín Moncada, hijo de Juan Nepomuceno, decía: “mi padre posee en sus haciendas dos oficinas o fábricas para elaborar salitre, y tiene también en abundancia tierra, agua, leña, gente y todo lo concerniente para la elaboración de la pólvora”.
Dada la importancia económica de la hacienda, la vía del tren pasó a medio kilómetro. Sin embargo, esta línea fue después recortada para economizar distancias entre México y Nuevo Laredo.

La hacienda de Jaral tiene como todas sus anécdotas buenas y malas. Unas de ellas dice que Manuel Tolsá, autor de la estatua ecuestre en honor al rey de España Carlos IV mejor conocido como “El Caballito”, tomó como modelo un caballo de esta hacienda llamado “El Tambor”.

Años después, durante la guerra de independencia, Francisco Javier Mina la tomó por asalto y saqueó el tesoro enterrado en el cuarto contiguo a la cocina. El botín constaba de 140 000 talegas de oro, barras de plata, efectivo de la tienda de raya, reses, cerdos, carneros, caballos, gallinas, cecina y cereales.

Muchos años después un hombre llamado Laureano Miranda empezó a promover la elevación del poblado del Jaral a la categoría de pueblo, el cual irónicamente, debería de llamarse, Mina. Pero la petición no fructificó, seguramente por las influencias y poderío de los dueños de la hacienda, y se cuenta que el mismo marqués ordenó la expulsión y quema de viviendas de todos aquellos que promovieron aquel cambio de nombre.

Ya en este siglo, mientras la bonanza continuaba, don Francisco Cayo de Moncada mandó levantar lo más atractivo de la hacienda: el palacete o casa señorial de estilo neoclásico con sus columnas corintias, sus cariátides, sus águilas ornamentales, su escudo nobiliario, sus torreones y la balaustrada en la parte superior.

Pero con la Revolución se inició la decadencia del lugar debido a los incendios y a los primeros abandonos. Después, durante la rebelión cedillista de 1938, la casa grande fue bombardeada desde el aire, sin causar baja alguna; y finalmente de 1940 a 1950, la hacienda se fue desmoronando y acabó por arruinarse, siendo doña Margarita Raigosa y Moncada la última propietaria.

Durante poco mas de dos horas estuvimos recorriendo el lugar, cuartos malolientes ahora habitados solo por palomas y murciélagos, puertas que se resquebrajan, pisos que han cedido por la acción de la humedad, murales que están a punto de perderse y huellas de saqueos tal vez en busca de tesoros.

Como la casa fue creciendo a lo largo de generaciones, podemos ver una mezcla de estilos un tanto extraña, desde el más puro y austero estilo mexicano hasta el más lujoso estilo europeo.

Hay cuartos que están casi intactos y otros donde el piso ya cedió y podemos ver la planta baja, a pesar de esto no hay que forzar demasiado la imaginación para poder ver lo que fue esta casa en su apogeo.

Puedo ver el ajetreo que hay en la cocina por tener listos los manjares que se ofrecerán al obispo que visita la Hacienda, en los campos la gente va y viene, unos cultivan otros llevan granos a las bodegas, los guardias vigilan las entradas de la hacienda, mientras el marques llega montado en su purasangre a las caballerizas después de supervisar los trabajos en el campo.

Tanta historia en el abandono, caminar en este lugar hace que el tiempo se detenga, me pregunto por que estos lugares están simplemente ocultos ante nuestros ojos, aquí se han filmado escenas de películas extranjeras (Conociendo a Pancho Villa Y la Serie del Mariachi) por lo cual deduzco que este lugar es mas conocido por los extranjeros, que por los mexicanos. Dos horas no fueron suficientes apenas recorrimos las tres zonas de la casa grande quedando pendientes las bodegas, caballerizas y la ex fábrica de mezcal.

Emprendimos el regreso, de San Felipe a Silao Beto me dejo manejar a Vivi, la GN se siente ligera muy diferente a la EN, su pose de manejo es también muy diferente, la única ventaja que le veo a la GN es que acelera mas rápido que la EN la velocidad tope de ambas es muy similar, si tienes alguna de estas dos motos en mente no dudes en comprarlas la relación calidad-precio es bastante aceptable.

En Silao Romano tomo camino hacia Romita y nosotros seguimos hacia León, esperemos tener el gusto de rodar juntos de nuevo, regresamos a nuestra acelerada y bulliciosa ciudad, después de 270 Km.

Si eres Nuevo no dudes en contactarnos para compartir caminos y experiencias, si gustas mostrarnos tus rutas, tu ciudad adelante déjanos un comentario y nos pondremos en contacto.


Por ultimo Romano nos comparte sus fotos en este espectacular video, gracias por compartir tiempo y experiencia con nosotros, esperemos volver a vernos en el camino.