Como un soplo de viento fresco (Peñón Blanco – Nazas)

Y a veces piensas que haciendo planes y formulando sueños en la imaginación la realidad podría llegar a parecerse un poco a ellos, pero luego comienzas a vivirlos y no son tal cual los habías imaginado, el camino y los paisajes son incluso mejores, aunque las condiciones particulares del instante presente hacen a la realidad un verdadero escollo que tienes que superar. No rodearlo, no esquivarlo ni evitarlo, sino simplemente enfrentarlo y salir adelante de la mejor manera posible.

El Peñón Blanco visto desde Covandonga

El Peñón Blanco visto desde Covandonga

Explorar los rincones de mi estado es uno de los objetivos no tanto de este blog, sino un objetivo personal que quiero llevar a cabo a bordo de mi DR. La motoruta de esta ocasión la pude haber recorrido (con una variante más) con los amigos de Burros Bravos Enduro & ATV, pero decidí no hacerlo pues se presentó la oportunidad de algo posiblemente irrepetible. Ellos mismos convocaron a recorrer nuevamente la misma ruta pero otra vez me sería imposible acompañarlos, ahora por asistir a las nupcias de un amigo. Esta rodada inicia el domingo 20 de junio a eso de las 9a.m. tomando la carretera libre a Gómez Palacio. Una carretera que va siendo cada vez más frecuente en mis salidas y de la cual aún me falta tanto por conocer. Es una carretera principalmente aburrida, llena de largas rectas pero por esta ocasión voy disfrutando de verdes campos que cambian bastante los paisajes y hasta hacen más disfrutada la rodada. Paso por Francisco I. Madero, luego entre el Cereso No. 2 y Guadalupe Victoria veo una motocicleta tipo naked talvez de 500cc, me saluda y yo hago lo mismo, ¡que gusto ver motociclistas que saludan así espontáneamente!

Un día antes del inicio del verano ya había caído algunas lluvias por aquí

Un día antes del inicio del verano ya había caído algunas lluvias por aquí

Paso por Guadalupe Victoria, luego de otras rectas más llego a Yerbanís, un pequeño pueblo a pie de carretera donde se pueden adquirir entre otras cosas productos lácteos fermentados (quesos, asaderos, etc.) de un delicioso sabor. Compré dos pequeños asaderos, que serían mis sufridos compañeros de ruta. Tomé la desviación que va a Peñón Blanco, es una carretera pavimentada en condiciones regulares, carriles muy estrechos y con algunas curvas que hay que tomar con bastante cuidado pues carecen de señalamiento la mayor parte de ellas. En Peñón llegué a cargar gasolina a un pequeño establecimiento donde únicamente vendían Magna y por ser domingo había dos largas filas, así que detrás de grandes camionetas de diez o más años de antigüedad y de algún que otro remolque cargado con caballos esperé pacientemente mi turno para echarle $50 a mi moto.

Todo sea por un poco de energía

Todo sea por un poco de energía

Peñón Blanco es un sitio en el cual no había estado nunca. No sabía que esperar, aunque por esta ocasión no tenía planeado conocer nada ahí pues más me interesaba conocer el camino de ahí a Nazas. No había detectado ningún sitio que llamara particularmente mi atención en la base de datos Recursos Turísticos, Culturales y Naturales del estado de Durango, la cual me había regalado una persona excepcional, protagonista de estas páginas. Simplemente llegué y apenas en las primeras calles me encontré con un puente que pasaba sobre un arroyo, me quedé absorto en ese paraje. No imaginaba encontrarlo ahí, en un paisaje casi completamente desértico. Ahora le encuentro sentido a la ubicación de ese pueblo justo a la orilla de esa hermosa corriente de agua, para muestra una foto:

Simplemente por esto vale la pena visitar Peñón Blanco

Simplemente por esto vale la pena visitar Peñón Blanco

Luego de algunas fotos me fui a buscar algo de almorzar a las 12pm, ya que aunque había desayunado algo ligero en casa prefería llenar tanque antes de la aventura que me aguardaba… Junto a la plaza principal no vi muchas ofertas de alimentación, así que me dirigí a un local humilde con la leyenda “Comedor económico”, donde disfruté de una gordita de chicharrón y un chile relleno, los cuales iban acompañados por arroz. Un almuerzo sencillo pero bien servido y bastante económico. Se veía movimiento en el centro de este pueblo, con varios locales de comercio abiertos, puestos donde se vendían antojitos y así, se veía gente por la calle disfrutando de su día de descanso.

Plaza principal de Peñón Blanco

Plaza principal de Peñón Blanco

El México contemporáneo

El México contemporáneo

Pregunté por el camino que me llevaría rumbo a Covadonga, primero tomé una calle de pavimento hidráulico y a su término iniciaba la terracería con verdes campos de cultivo supongo aún regados por las aguas del arroyo que encontré a la entrada de Peñón Blanco. En la invitación que los Burros Bravos nos habían hecho para ir a aquella salida nos comentaron que esa ruta tiene condiciones similares a la famosa carrera de la Baja 1000 o al menos a alguno de sus tramos, he de ser sincero y decir que en su momento dudé, creía que exageraban pero ya rodando me di cuenta que estaban totalmente en lo correcto. No es que yo haya estado en la península, pero he visto algunos videos y fotos de viajes y justo la imaginaba como este camino por el que puedo rodar.

Esta es tuya

Esta es tuya

Por caminos de rally

Por caminos de rally

El terreno está seco, aunque posiblemente ha llovido hace algunos días pues no se levanta demasiado polvo a mi paso, ni al de las pocas camionetas con las que me cruzo. Circulo primero por un terreno ligeramente ondulado, pasando por varias curvas que bajan hasta pasar cerca de un arroyo seco y luego ya voy principalmente por llanos. A lo lejos se ven montañas y en la corona de una de ellas se encuentra el Peñón Blanco, un espectacular pico de roca que es emblemático del municipio y por el cual toma su nombre. Cada vez se nota más que me voy alejando de la civilización, aunque el camino es grande y muy transitable, la sensación de soledad se incrementa un poco cada vez más. Pero yo disfruto eso, pues pesa más todo el gran lugar que estoy conociendo y explorando. Aunque llevo mapas no me es posible ir consultándolos con regularidad. El camino tiene un poco de material suelto, a veces incluso grava suelta la cual no me representa problema. Voy rápido como ya hace algún tiempo lo hago siempre que voy en terracería, con o sin mochila jeje. La DR es una moto genial, aguanta el fuerte ritmo que le imprimo sin quejarse. Incluso en curvas paso muy rápido, pero siempre un poco más lento de lo que creía que podría. Llegué a una desviación y tomé a la derecha sin estar seguro si era el camino correcto, no quise consultar el mapa, pues casi traía tanque lleno y decidí aprovechar para investigar a donde me llevaría ese camino. En poco tiempo alcancé a ver a lo lejos algunas casas así que decidí llegar ahí a preguntar por mi camino que me llevaría a Nazas. Este camino ya es de material bastante firme, con varias curvas así que se disfruta bastante sin necesidad de ir tan rápido.

Me gusta, me gusta

Me gusta, me gusta

Unas casas en Covadonga

Unas casas en Covadonga

Ya viendo las casas muy cerca me encontré un pequeño arroyo, del otro lado había un ranchero sobre su caballo que llevaba a otro equino de una riata para que tomara agua. Al verme que yo esperaba a que se quitaran rápidamente se movió, pasé y lo saludé amablemente. Me seguí derecho por el camino por donde venía que se convirtió en calle hasta llegar a donde terminaba el pueblo en un claro desmontado, tomé algunas fotos del Peñón Blanco y me regresé a preguntar el nombre del pueblo donde estaba. ¡Era Covadonga! Así que ya confirmada mi ubicación sé que tomé correctamente la desviación anterior sin necesidad de mirar el mapa y continúo ahora con rumbo a Nazas… El camino se hace un poco más pequeño, ya no es tan transitable pues encuentro más grava suelta y por lo tanto la cosa se comienza a poner más interesante… No espero ver ninguna presencia por aquí, cuando de pronto me crucé con un señor que venía sudando caminando en sentido contrario al que yo llevaba. Le pregunté por mi camino, pues aunque ya me habían dado indicación en el pueblo de que tendría que desviarme a la derecha, él me confirmó esto. Me quedé con las ganas de ofrecerle aventón al menos hasta Covadonga.

Una foto-guía más

Una foto-guía más

Ya quiero volver a pasar por ahí...

Ya quiero volver a pasar por ahí...

De pronto el camino comienza a subir por la sierra, ya no puedo ir tan rápido pero la DR sube fácilmente. Por momentos ni siquiera voy cambiando tanto de velocidad, simplemente aprovecho el gran torque de mi motor y noblemente va subiendo sin quejarse. El camino va bordeando el Peñón Blanco y por algún momento pasa bastante cerca de él. Voy disfrutando de vistas espectaculares, tan simples, pero tan amplias y desconocidas.

Donde habita el olvido

Donde habita el olvido

Algunas caprichosas formas

Algunas caprichosas formas

De pronto me encuentro con una puerta de cercado, no esperaba encontrarla por sitios tan desolados pero simplemente la abro, paso y la cierro tras de mí. El camino continúa bordeando un cerro, a lo lejos veo la continuación del mismo sobre un valle con curvas y aquí si, es donde de pronto me siento en una foto que alguna vez vi en un reportaje de un viaje que recorría la misma ruta que la Baja 1000… Adelante veo dos vacas que están sobre el camino, me detengo, me acerco lentamente a ellas y avanzan por el camino, sigo avanzando y no se hacen a un lado, acelero y sueno el cláxon y solo comienzan a correr. Así nos vamos por varios metros hasta que se hacen a un lado y ya puedo continuar normalmente. De pronto llego a un puerto de montaña, es decir a la parte más alta del camino que venía subiendo por ella y que ahora comienza a bajar por un valle que está del otro lado. Por intuición o sentido común creo que es un sitio donde pudiera haber señal de celular así que lo comprobé y rápidamente te di aviso de mi estado y un estimado de mi ubicación. No hace falta decir que en esta rodada ibas conmigo, en mi mente.

Respetando

Respetando

El cerro de la izquierda me recordó un poco Cuatrociénegas

El cerro de la izquierda me recordó un poco Cuatrociénegas

3km antes de...

3km antes de...

Tomé un poco de agua, descansé pero no por mucho tiempo pues no tenía ninguna sombra en la cual resguardarme del fuerte sol. Continué un poco rápido, más de lo que lo venía haciendo, venía con muchas ganas y así iba rodando por una larga recta que sólo tenía leves subidas y bajadas, de pronto algunas piedras sueltas un tanto filosas, de formas angulosas y al impacto de una de ellas con la rueda delantera repentinamente sentí que mi llanta había perdido presión. La miré aún en marcha y efectivamente comprobé que se estaba desinflando muy rápidamente. Me detuve con bastante preocupación, pues se notaba que era una ponchadura grande al haber perdido el aire tan rápido. Supe que estaba en problemas, pues apenas y tenía conmigo un litro de agua, nada de comida (no recordaba en ese momento que traía dos asaderos conmigo jeje), no había forma de comunicarme para informar de mi situación y tenía la certidumbre de que la ponchadura sería difícil de reparar. Apenas y llevaba la herramienta básica, primero le eché aire y comprobé que no lograba retener nada; como pude logré levantar la DR sobre algunas rocas y así quité la rueda delantera (asegurándome primero de no presionar para nada la palanca del freno delantero de disco). Ya con la rueda en el piso traté de desmontar el neumático del rin, no me era fácil, pero cuando apenas logré descubrir un poco de la cámara vi una gran rajadura que no podría reparar con los parches que llevaba conmigo… Así que evaluando la situación, y sabiendo que me faltaban 30km aproximadamente para llegar a Nazas decidí volver a colocar la rueda en su lugar y continuar así, con el riesgo de destruir el neumático y su cámara, además de que posiblemente mi rin tendría también daños.

Requiero una cámara de enduro...

Requiero una cámara de enduro...

Fue la primera vez que lo hice

Fue la primera vez que lo hice

A partir de aquí la rodada ya no lo es tanto, ya no se podría definir como un paseo. Simplemente fue salir a buscar ayuda y la solución para un problema que acababa de surgir. El nuevo camino que iba descubriendo paso a paso ya no era tan grato, sobre todo por la ausencia de alguna población o alguna señal de aliento. Simplemente iba muy lento, no podía hacerlo a mas de 30km/hr porque entonces la rueda delantera se movía muy feo, como si estuviera rodando sobre miel, además de que cuando en el camino había muchas piedras tenía que ir aún más despacio para que mi rin no sufriera excesivos daños. Lo que antes era un deleite total de los sentidos al ir descubriendo tantos nuevos lugares ahora de momento pasaba a segundo plano y ya no ponía atención en lo que me rodeaba, simplemente iba concentrado en no caerme, además de que cuando podía iba atento a alguna posible fuente de ayuda. Tanto es así que de pronto al ver a lo lejos varias vacas juntas creí ver un caballo entre ellas, y sobre él un jinete. Ya cuando me fui acercando ese jinete y su caballo desaparecieron y me percaté que talvez ¡estuve alucinando!

¿Alguna de ustedes habla español?

¿Alguna de ustedes habla español?

Por momentos me detenía a ver como venía mi rin, a ver si mi neumático no se había desintegrado ya y también a apagar por unos minutos el motor para que no se sobrecalentara debido a la baja velocidad que llevaba. Ya luego de un rato de ir así comencé nuevamente a ver a mi alrededor y disfrutar de las grandes vistas que me ofrecía el municipio de Nazas. También pude darme cuenta que el camino sigue siendo excelente para rodar, aunque talvez sería mas recomendable hacerlo en una enduro… El camino comienza a bajar, sigue igual de desértico pero baja, luego sube y así va entre algunos cerros para finalmente asomarse por otro puerto de montaña y alcanzar a ver a lo lejos una arboleda que seguramente sería el río Nazas. ¡Mi destino a la vista! En condiciones normales llegar hasta Nazas solo me llevaría diez minutos máximo desde aquí, pero así como voy seguramente haría mucho más…

Al fondo la arboleda del Río Nazas

Al fondo la arboleda del Río Nazas

¿Querían cenar motociclista?

¿Querían cenar motociclista?

A las 3:30pm llegué a un punto donde ya podía ver las casas de Nazas y donde ya tenía señal de celular, así que te di aviso de mi situación y también le hablé a Jorge, un amigo de los scouts desde hace muchos años. Él era la persona en quien había confiado para alguna situación cuando yo estuviera en peligro. Desde hace algún tiempo habíamos platicado en que hacer en caso de un posible percance en alguna de mis rodadas. Ésta vez tan sólo confirmé su disponibilidad para venir por mi, pues se trataba de un día festivo y el estaba con su familia, además yo no tenía ninguna emergencia. Quedó de pasar por mí a Nazas y entonces yo me dirigí a ese pueblo a buscar un sitio donde esperarlo y de paso conocer un poco. Primero llegué a una dulcería a orillas de la carretera pavimentada que va de Rodeo a entroncar con la carretera Durango – Gómez Palacio (cerca de Pedriceña). Ahí pedí informes sobre alguna desponchadora, me dirigí ahí y estaba cerrada tal como lo suponía por ser domingo y además día festivo. Me fui a la plaza principal del pueblo para descansar por primera vez luego de la ponchadura bajo la sombra de un árbol. Ni siquiera fue necesario sentarme, con el simple hecho de estar bajo una sombra fue grande el alivio… Había pocas personas por las calles de Nazas, seguramente por el fuerte calor de la temporada. En la plaza sólo había unas señoras vendiendo chiles rellenos y gorditas, todavía ni me había terminado de bajar de la DR cuando me ofrecieron comer con ellas. La verdad ni hambre tenía luego del buen almuerzo que disfruté en Peñón Blanco. De pronto se acercó otro cliente, hizo plática con las señoras pues él era de un pueblo cercano a Nazas y así me enteré de un poco de la vida rutinaria y tan especial de un pueblo duranguense, de sus personas.

Iglesia de Nazas, Dgo.

Iglesia de Nazas, Dgo.

Ya luego que las señoras se retiraron, el cliente se quedó conmigo un rato, platicando y haciéndome sugerencias para solucionar mi situación. Pero todo fue inútil, las ferreterías donde podría conseguir alguna cámara de repuesto para mi moto estaban cerradas, sus dueños seguramente estarían dormidos y no creo que les sería de mucho interés interrumpir su descanso en plena tarde con un calor sofocante para hacer una mísera venta. Luego de la grata compañía de este señor me fui a buscar el Museo Juárez, donde el Benemérito de las Américas pasó una noche huyendo con su gobierno legítimo mientras escapaba de los conservadores. Supe de la existencia de este sitio de interés turístico e histórico gracias a la Base de Datos, pero una vez que lo localicé (a unas dos calles de la plaza) vi que estaba cerrado, pregunté en una paletería ubicada justo frente a él y me confirmaron que ese museo sólo abre de lunes a viernes. ¡Vaya decepción! Creo que regularmente los museos abren de martes a domingo, precisamente porque los domingos es cuando más personas pueden asistir a visitarlos. Me resigné para conocer este edificio en una mejor ocasión y disfruté de algunos recuerdos sabor grosella.

Museo Juárez en Nazas, Dgo.

Museo Juárez en Nazas, Dgo.

Es la segunda casa que veo donde durmió Juárez

Es la segunda casa que veo donde durmió Juárez

Otra vez me dirigí a la plaza, ya sólo se veían algunos señores de avanzada edad sentados a la sombra de viejas casas. El calor parecía que era cada vez más fuerte, a pesar de haberme quitado la chamarra me dieron aún ganas de darme un buen baño con agua fría, pero no había nada cerca con que hacerlo, además el río Nazas no estaba a la vista y ya no tenía deseos de mover más la DR en su actual estado. Dieron las seis, las siete de la tarde y ahí estuve simplemente disfrutando del calor, de un calor que puede que eche de menos el próximo invierno pero que por ahora me permitía estar en contacto con este pueblo con abundantes almendros. Pude estar primero solo, meditar, pensar en tantas cosas, ponerme triste, sonreír, reflexionar en los sucesos de esta rodada y de próximas por venir, rechazar a una niña que me vendía una paleta, ver a un matrimonio que para romper la monotonía del día llegó para ver una monótona plaza casi sin gente, sólo con un extranjero desconocedor de las costumbres del lugar.

Queda pendiente una visita a ese mirador

Queda pendiente una visita a ese mirador

El Durango contemporáneo

El Durango contemporáneo

Más tarde llegó un vehículo, un Tsuru de un señor que llegó a estacionarse junto a la DR. En un principio debo de confesar que me molesté pues se puso demasiado cerca de mi moto, como si la misma le estorbara. Un mal prejuicio mío. No le di mayor importancia y continué sentado en mi banca de ese domingo. Ya un poco aburrido de mis reflexiones, tristezas, alegrías, conjeturas y cosas por el estilo, decidí ir a mi moto para sacar de la mochila los mapas del INEGI que me habían servido como guía para esta aventura. Ahí el conductor del Tsuru me comenzó a hacer plática, creo primero hizo referencia a mi moto, que si estaba ponchada. Creo fue la única persona de todas las que estuvieron por ahí que se percató de ello sin que yo lo dijera… De ahí surgió una plática muy amena, donde tocamos temas como el camino por el que yo había venido, mi aventura, algo de política, la situación actual de Nazas, la institución donde hizo sus estudios universitarios, la situación actual de los recién egresados de las universidades, crítica al gobierno, además resulta que hace unos años el trabajó en el mismo lugar donde ahora lo hago yo y ¡resultamos ser colegas de profesión! Fue aproximadamente una hora que se pasó muy rápido en su compañía y luego de la cual llegó Jorge en compañía de Zaira. Me despedí de este amable señor y rápidamente subimos la moto a la camioneta de Jorge. Sí, por primera vez la DR regresaría a casa dependiendo de otro vehículo…

Jamás creí que la vería así jeje

Jamás creí que la vería así jeje

De hecho el señor (me reservo su nombre) nos ayudó a subir la moto y así fue mucho más fácil. Jorge fijó la moto con una soga, Zaira fue picada por unas hormigas, le dimos las gracias al señor y ya nos fuimos de regreso a Durango en dirección al entronque con la carretera a Gómez Palacio. Mi idea original para la rodada era regresar por Rodeo y la carretera Durango – Parral, pero mis amigos habían llegado por ahí y les podría ser tedioso regresar por el mismo camino. Fue un regreso divertido, compartiendo a Zaira algunas de las anécdotas de la vida que compartimos como scouts, algunas aventuras en un campamento volante que hicimos a las Grutas del Rosario y el Puente de Ojuela. Fue un viaje tranquilo, sin mayores novedades y a las once de la noche ya estaba en mi casa, bajando la moto y dándoles las gracias a mis amigos por haberme sacado de esta difícil situación. Ya antes había confiado en Jorge para una situación como la de esta rodada o incluso para otra más difícil, y como era de esperarse no me quedó mal. Gracias por tomarse el tiempo pese a los festejos familiares y pese a que apenas hace menos de un día habían estado viajando y aún no se recuperaban del cansancio de ese viaje. También quiero agradecerte por siempre estar al pendiente, sé que de no haber contado con el apoyo de Jorge tu hubieras hecho aún más por ayudarme…

Creo que esta rodada y este relato son muy comentables, no espero romper record de comentarios pero al menos espero que te sirva un poco la experiencia que hoy me tocó vivir.

Distancia total recorrida: 212 km rodados en la DR, de los cuales 38 km fueron de terracería con la DR en condiciones normales y 31 km de terracería con la rueda delantera ponchada; además recorrimos unos 218 km en camioneta.

Parte del regreso

Parte del regreso

Peñón Blanco

Peñón Blanco