Un camino incierto. Los Berros/La Boquilla

Salimos de Durango para no perder la costumbre casi a las 12 del día. El destino: incierto. Solamente queríamos ir a un lugar al que Ruth había ido hace más de un año con algunas amigas. Ella recordaba que estaba cerca de Los Berros, así que hacia allá tomamos carretera, por la misma ruta donde llegaron Almighty y Motoso hace ya un año. Carretera Durango – Zacatecas, una de las más transitadas y de vital importancia de nuestra ciudad, pues es la principal vía de comunicación terrestre con el centro del país. Apenas hace algunos días fue escenario de algunos enfrentamientos entre fuerzas policiacas y del crimen organizado. También había rumores de que esa zona era muy riesgosa, así que algunas personas nos recomendaron no ir para allá, incluso, en el mismo momento de la salida consideramos cambiar por el poco frecuentado por nosotros Navios…

La Boquilla, Durango (©Ruth Rivera)

La Boquilla, Durango (©Ruth Rivera)

El tiempo avanza

El tiempo avanza

Finalmente las ganas de rodar y la confianza en que estaremos bien ganaron, y nos dirigimos al sureste. El clima es frío, aunque como ya el día ha avanzado bastante, no pasamos demasiado frío y vamos a paso tranquilo entre 80 y 90 kilómetros por hora. Si no me equivoco, es la primera vez que viajo con Ruth por esta zona, para mi antes era una habitual pero últimamente la tenía muy abandonada. Con delicia la DR avanza subiendo la cuesta de Planta Centauro y más adelante (junto a un molino de viento) vemos un motociclista que viene en una naked, tanto él como su mochila viajan sin casco y lo hacen a una velocidad ligeramente baja, supongo por el viento frío pegando en sus caras… Esto es peligroso, empezando por no traer casco y además, al rodar a una velocidad tan baja y en el centro del carril de alta velocidad, cuando pudieran rodar por el acotamiento, pues al momento de encontrarnos si había algo de tráfico en la carretera. De cualquier manera, al verlos rodando fue muy tranquilizante y me brindó confianza para seguir adelante con nuestra rodada, los saludé con gusto.

Un día perfecto para rodar

Un día perfecto para rodar

Unos metros adelante, luego de unas curvas, vimos de frente una moto Italika doble propósito amarilla, su piloto portaba una chamarra igual a la de Almighty, así que por un momento aluciné pensando que ya se había comprado nueva moto y venía llegando de viaje y nos había caído de sorpresa… En pocos minutos llegamos a la desviación que va a La Constancia y Tuitán. Es una carretera pavimentada de dos carriles en estado malo a regular. Avanzamos y rápidamente llegamos a El Saltito, una cascada formada por tres caídas de agua tratada. Es un bonito paisaje, se disfruta bastante la vista y el ambiente es agradable, sobre todo tomando en cuenta que a nuestra llegada había una patrulla de policías vigilando el lugar. Solamente estuvimos tomando algunas fotos y decidimos continuar rumbo a Los Berros. Aquí el relato de mi anterior visita a El Saltito.

El Saltito (©Ruth Rivera)

El Saltito (©Ruth Rivera)

Aparente sensación de seguridad

Aparente sensación de seguridad

Los Berros, Durango

Los Berros, Durango

En Los Berros vimos un bonito pueblo, se nota muy agradable y hay un balneario que dejamos sin visitar, pues el objetivo de nuestra rodada es otro, además de que al menos yo ya he estado ahí en varias ocasiones. Continuamos por la carretera sin estar seguros de nuestro destino, tomamos una desviación a la izquierda 500m adelante de este pueblo, no sabíamos a donde nos llevaría y al llegar a una tienda nos enteramos que ese pueblo se llama Las Corrientes. Compramos pan de azúcar y botana, además investigamos sobre el lugar a donde Ruth quería que llegáramos y nos informaron que era adelante por el mismo camino, entonces decidimos regresar por la terracería, continuar por la carretera y llegar hasta La Constancia, donde conseguiríamos algo de comer.

Tienda en Las Corrientes

Tienda en Las Corrientes

Nos encontramos con un bello pueblo con ciertas postales que lo calificarían de pueblo mágico, diversos canales de agua cristalina paralelos a las calles, alguna cascada y fachadas limpias. Rápidamente encontramos un restaurant al aire libre donde ofrecían pollo y carne asados, además de un puesto de gorditas, pero buscábamos algo mas saludable así que en una tiendita compramos lo necesario para hacer unos sandwich de atún…

En La Constancia, Durango

En La Constancia, Durango

Un pedacito de La Constancia

Un pedacito de La Constancia

La pila, Ruth, Suzuki, tiendita

La pila, Ruth, Suzuki, tiendita

Vida

Vida

Regresamos a Las Corrientes y nos dirigimos al río, pero Ruth se dio cuenta que no era ese el sitio donde había estado, continuamos por el camino cruzando el pueblo y nos dirigimos un poco al norte, pero nos encontramos con que llegamos a una zona demasiado poblada y no había rastro del paraje que buscábamos.

Explorando

Explorando

Me gusta México con todo y sus fallas

Me gusta México con todo y sus fallas

No ha cambiado mucho

No ha cambiado mucho

Texcalillo

Texcalillo

Regresamos el camino andado y en un punto donde habíamos tomado a la izquierda fuimos a la derecha, continuamos rápidamente pues Ruth ya reconocía el camino, y cuando de pronto llegamos a un pueblo que resultó ser Texcalillo, le preguntamos a unas muchachas, las cuales nos indicaron que nos dirigiéramos a La Boquilla o la Cueva, nos indicaron el camino y luego de algunos kilómetros y de dos subidas tomamos una desviación a la izquierda, la cual bajaba y rápidamente nos llevó a una parte del arroyo rodeada de grandes sabinos y en la cual no había persona alguna, pero mas tarde pasaron vacas, rancheros, alguna familia de un poblado cercano que andaba de paseo y así, fue un excelente destino aderezado con una buena comida y un pájaro que alegró la vista de este lugar seco por el invierno, pero al cual tendremos que regresar en primavera…

La Boquilla en invierno (©Ruth Rivera)

La Boquilla en invierno (©Ruth Rivera)

Imagina leer escuchando ese arroyo

Imagina leer mientras escuchas este arroyo

Petirrojo

Petirrojo

Exploremos

Exploremos

En paz

En paz

No pases tu moto por ahí

No pases tu moto por ahí

Debido a que en todas las últimas rodadas siempre habíamos llegado de noche a Durango, me propuse que regresáramos temprano, así es que a las 4:30 de la tarde ya estábamos emprendiendo el regreso, el cual fue sencillo recordando entre ambos los caminos que habíamos tomado para llegar hasta ahí… En poco más de una hora estábamos de regreso en Durango y llegamos acompañados de una moto que rodó varios kilómetros detrás de nosotros, para luego perderse en las calles de Durango sin decirnos nada sobre su rodada… Ojalá vuelva a encontrar a este amigo en el camino.

Una mala toma del bello cielo de Durango

Una mala toma del bello cielo de Durango

¡Vamos a rodar!

¡Vamos a rodar!

Gracias Ruth por compartirme este destino, y sobre todo por invitarme a conocer estos caminos que jamás hubiese imaginado recorrer… Espero lleguen más viajes así, con tu compañía y conociendo nuevos lugares.

Distancia total recorrida: 123km