Relato enviado por @Romo
Saludos camaradas de MotoRuta México, es un gusto para mí el que me den nuevamente la oportunidad de compartir con ustedes mi última aventura sobre mi Yamaha R15, antes de iniciar quiero agradecerle a quien aquí todos ubican, al buen Almighty por apoyarme a postear estas líneas en este sitio y no solo por postearlo, por los consejos, puntos de vista , advertencias y ánimos, ¡gracias amigo!. Si las siguientes líneas no son de su agrado, siempre serán bienvenidas sus críticas (constructivas) en pro de mejorar aspectos que ayuden a enriquecer el contenido de este sitio.
El Preámbulo
El por qué decidí recorrer esta ruta fue simplemente por 1) las ganas de salir a rodar con mi moto y 2) ¿Por qué no? Ya tenía la ruta entre ceja y ceja desde hacía varias semanas atrás, resulta que por alguna razón todo aquel lugar que cuente con un pequeño o gran lago, presa, rio, etc. me es de gran interés y me causa emoción el rodar por allí. De repente un buen día examinando el maps es fácil distinguir la Presa Miguel Alemán en el estado de Oaxaca y de pilón hay una carretera que la atraviesa me apoyo de Street View y me agrada mucho lo que veo, me imagino pasando por allí con mi moto y me emociona mucho, trazo una ruta hacia el pueblo más cercano y como siempre maps te manda a circular por las vías más rápidas, por la autopista pero no, no quiero eso, quiero pueblear, tomar curvas, ir a mi paso así que comienzo a modificar la ruta pre-establecida siendo este el resultado:
Una vez que tuve la ruta trazada pedí informes a algunas de las personalidades de MRM (Almighty y Kennoby), me mencionan que es una ruta para 4 días, dos de ida por dos de regreso, wow 4 días libres que no tengo por ahora así que la ruta se queda en los pendientes, de repente viene semana santa que para un Godínez como yo la semana santa solo se compone de jueves y viernes santo como días de asueto, me viene a la mente la ruta a Oaxaca pero por x o por y no la realizo, en su lugar me lanzo a rodear el Lago de Pátzcuaro en Michoacán en la R15, excelente experiencia darle la vuelta en moto a dicho lago, se los recomiendo, el trayecto de 830 km lo hago de las 6:30 am a las 11:50 pm del viernes 03 de abril, cosa que no pasa desapercibida para mi pues ahora se me capaz de recorrer 800 kms en un día, en cuanto a resistencia física se refiere. Mis matemáticas comienzan a trabajar a marchas forzadas para descifrar que si maps me dice que son 719 kms perfectamente se pueden hacer en un día, o sorpresa cuando la ruta de regreso solo marca 594 kms, un día más, resultado 1 + 1 = 2 días de ruta.
Ya sabiendo que es posible realizar la ruta en 2 días, espero el siguiente fin de semana largo y gracias al 1ro de mayo puedo ahora sí hacer planes para recorrer esta ruta.
Me preparo días antes acondicionando la moto con un faro auxiliar Cree U5 pues estoy seguro que rodaré de noche y no me preocupa, al contrario me emociona. También instalamos un cargador USB para el celular/GPS. Mi idea es partir el viernes 1ro y regresar al siguiente día dejando el domingo libre como colchón por cualquier situación que se pudiera presentar.
La ejecución
Llega el día, la tarde-noche anterior fue ajetreada y cansada por lo que duermo bastante bien, seguramente aun dudando de mí y que seguramente me acobardaré a último momento, dos días antes el servicio meteorológico anuncia un “norte” más para el fin de semana, -rayos- , pero no puedo permitir que eso arruine mis planes, lo dije: si amanece lloviendo no saldré me conozco y ver que afuera llueve me impediría salir de la cama y prepararme. Amanece parece que escasas horas atrás dejó de llover así que venga, -levántate, tienes un itinerario que cumplir-. Tomé una ducha antes de dormir así que el frio es pretexto perfecto para no tomar una ducha más, no hace falta me siento bien despierto, espabilado. Todo estaba preparado, mochila con cambio de ropa, accesorios, cámara de mano, GoPro, cables, cargadores, guantes extras, slime, herramienta básica, ya solo me visto con ropa térmica, mezclilla, chamarra con protecciones, impermeable, rodilleras, guantes y estoy listo.
Salgo aproximadamente 06:15 am de Tultitlan, Estado de México, los primero kilómetros los recorro por el Anillo Periférico hasta el Acueducto Miguel Alemán, sigo por Calzada Zaragoza hasta la salida a Puebla por la libre, sigo en parte las indicaciones de los señalamientos así como las indicaciones de “Lola” la voz femenina con acento español del GPS. Leo los señalamientos “Puebla – Libre” y digo – de aquí soy – a darle por allí. Avanzo entre casas, semáforos, combis de transporte público hasta que el panorama cambia el sol ya está saliendo y el camino ahora es solo de 2 carriles en contrasentido, ahora hay árboles y vegetación a mi alrededor.
Se empiezan a sentir curvas, de repente a mi costado derecho está el Iztaccíhuatl de color blanco en la parte superior, me detengo a admirar la escena y recuerdo que traigo cámara así que tomo algunas fotos, pero mi cámara es muy casera y me impide congelar la imagen como yo la estoy viviendo. También recuerdo que traigo una GoPro y la pienso utilizar, la instalo en el tanque y venga a ver que nos espera más adelante, el siguiente video es lo que vivo a continuación:
No sé si por la hora o por la fecha, o quizá es que ya nadie circula por la libre, pero siento el camino muy solo, en sentido contrario veo un poco más de transito pero en dirección hacia Puebla, solo paso 3 automóviles. Un día antes traté de cuadrar lo más posible mi ruta “diseñada” en maps, con puntos clave en el GPS de modo que iba siguiendo las indicaciones punto por punto.
Llego al punto en donde me tengo que integrar ahora sí a la autopista para “librar” el centro de Puebla, y lo pongo entre comillas porque es un decir, realmente el circular por la autopista no hace gran diferencia, se siente un tráfico muy urbano y de pilón están haciendo obras lo que parece ser un “segundo piso”, afortunadamente avanzo a buen ritmo zigzagueando un poco.
Solo al tomar la autopista puedo lograr que la R15 estire un poco las piernas y después de divertirnos unos kilómetros apretando un poco el paso de nuevo veo una oportunidad de retratar al volcán.
Mi siguiente parada es el Estadio Cuauhtémoc, -me recargo en la pared- se me olvidó que está en remodelación y el letrero que lo identificaba ha desaparecido, ni hablar tomo la foto del recuerdo de que aquí estuvo la R15.
Ahora sí, salgamos rápido y tendido de esta aglomerada Puebla. El siguiente punto es la desviación hacia Tehuacan, voy atrasado ya son 9:30 am y yo apenas voy saliendo de Puebla así que procuro no distraerme y avanzar. El trayecto es aburrido, me acabo de chutar varios kilómetros desde el estadio a este punto de pura recta, eso sí en buenas condiciones y nada cargada. Tomo la desviación a Tehuacán, el camino cambia de dos carriles por sentido y un muro de contención a solo una línea amarilla y dos carriles, uno por sentido pero ambos carriles con un acotamiento bastante amplio y en igualdad de condiciones que el propio carril, ya no es tan recta, es un asfalto liso casi con cero imperfecciones, kilómetros más adelante descubriría que estaba casi recién hecha.
Me detengo a tomar algunas fotos en un puente y continuo disfrutado de como alrededor la flora se comienza a transformar. A lo lejos veo una amplia barrera de montañas que parece interminable. Comienza a preocupar un poco el clima, se empieza a sentir algo de frio y en momentos siento que me caen algunas gotas.
Más adelante algo pasa, hay una fila de autos que no parece tener fin (o principio porque yo estaba al final) y no hay circulación en sentido contrario, lo primero que pensé fue en algún bloqueo en la carretera, tomo camino por el carril contrario a ver en donde empieza la fila, sin temor a equivocarme diría que mínimo es kilómetro y medio de autos estacionados hasta llegar a la causa de todo, efectivamente resulta que están re-encarpetando la carretera y en este momento están trabajando (sí, en pleno primero de mayo) así que únicamente está transitable un carril el cual se va turnando para ambos sentidos, más adelante me daría cuenta de que curiosamente en el sentido contrario solo se formaba un fila de 15 a 20 vehículos mientras que por acá hay varias decenas con sus ocupantes ya desesperados por no avanzar, en fin, las bondades de la moto me colocan primero en la fila y aproximadamente 15 minutos después el trabajador nos da la señal para avanzar.
Llego a la caseta 77-Mihuatlan, me sorprende la tarifa, $12 pesotes y me sorprende porque es la primera caseta que cruzo desde Puebla a hasta este punto, la pago y vámonos. Pero aquí cometo uno de mis primeros errores en el viaje, por alguna razón ignoro las indicaciones de Lola, lo que me hace continuar sobre la misma carretera con un asfalto recién colocado por lo que llevo un buen ritmo, el clima mejora el cielo se pone azul, de esos azules que me gustan, el sol se asoma y tengo calor, hago una parada para encuerarme un poco y tomar algunas fotos más, me encuentro a una Señora Piedra muy amable que se ofrece para que inclusive yo salga en la foto J. Aprovecho para colocar la GoPro en el casco pues espero lograr alguna toma más del paisaje que de la carretera, al final no resultó tan buena idea pero bueno se intentó.
Me agrada mucho que estoy viviendo, la carretera con curvas muy agradables, curvas de autopista sin reto alguno pero que dada la velocidad que puedes alcanzar se disfrutan enormemente, el clima y sobre todo por los paisajes que estoy admirando. Más adelante decido que ya fue suficiente video y me detengo a observar la ruta en el GPS, es hasta aquí cuando caigo en cuenta que voy por el camino equivocado, -carajo- me tengo que regresar hasta la caseta y de allí hacia Miahuatlán, ya ni llorar es bueno así que doy la vuelta y a darle prisa para aminorar el tiempo perdido, doy la vuelta y Lola dice – siga el traslado de la calle durante 10 kilómetros-, llego nuevamente a la caseta y tomo a la derecha pagando nuevamente mis $12 pesos.
Avanzo unos kilómetros por un camino bastante solo, seco y polvoriento, más adelante se pone peor pues nuevamente Lola hace de las suyas y saliendo del pueblo de San José Miahuatlán me hace desviarme por una calle, que digo calle ni a calle llega, por un camino de terracería que a ratos parece más vereda que otra cosa, en el siguiente video se darán una idea aunque van a ver la mejor parte porque lo más feo ya no fue grabado.
Otro de mis errores previo a salir, fue no contemplar que no precisamente maps y mi GPS piensan igual, ya que mientras maps te guía por las rutas más rápidas pero no precisamente de menor distancia, mi GPS te guía por las vías más cortas sin importar si son una ‘inche vereda en medio de la nada … perdón… me ofusqué un poco… en fin, a duras penas logré salir hasta incorporarme nuevamente a un camino pavimentado y continuo mi camino. Paso el pueblo de Calipan y llego a Coxcotlan, pueblos que tengo bien presentes pues días antes han sido referencia para otra aventura por estos lares que queda pendiente, solo espero que a esta si me acompañen mis camaradas Almighty y Kennoby. Llega el momento de recargar combustible, solo le entran 100 pesitos (creo que aquí sí saben lo que es un litro). La salida de Cocoxtlan es bastante mala, el camino en mal estado bache tras bache.
Afortunadamente no dura mucho y el camino mejora, como pueden observar en el video es un paisaje semi árido y de repente me encuentro con la señal divina esperada de que voy por buen camino:
El primer pueblo de Oaxaca que piso es Teotitlan de Flores Magón, para este punto son aproximadamente ya las 2:30 de la tarde y -¿qué crees Romo?- No he probado bocado en toda la mañana, será la adrenalina, no sé qué será pero ni hambre siento, me detengo a las afueras del pueblo justo en la desviación para iniciar la travesía por la sierra entre poblana y oaxaqueña, veo un lugar que se ve decente para comer, pero veo la hora y lo dudo, si como perderé al menos una hora, -¿qué hago?- De repente la idea de encontrar un lugar con más cache para comer en la sierra me anima a seguir y ojo por “lugar con cache” me refiero a una cabaña o choza de esas donde te preparan quesadillas de las más ricas, con fogón de leña, etc. y no una casa con tintes de fonda, decido antes de continuar parar en una tienda para comprar algo de beber y un tentempié, un jugo y unas galletas Emperador de chocolate son mi fuente de energía para los siguientes kilómetros.
En la tienda pregunto cuanto tiempo falta para Tuxtepec, el tendero responde -¿en esa chulada? (refiriéndose a la moto, obviamente ) son aproximadamente 5 horas, pero a ver cómo está la sierra igual y está con neblina-, platicamos un poco sobre la sierra y –venga, a lo que vengo- a recorrer esas curvas rumbo a Tuxtepec.
Lo siguiente es algo genial para mí, curva tras curva, curvas que no permiten error pues al costado tienes una caída segura, no hay valla de seguridad ni nada, es peligroso equivocarse por aquí. La recompensa es una vista cada vez más a lo alto, quiero detenerme cada 200 metros a tomar foto de lo que estoy viendo, el voltear hacia arriba y ver hacia donde voy subiendo y el camino por dónde vengo a lo lejos es genial.
Continúo por un camino que no admite ninguna recta, únicamente sabe de curvas, es muy divertido pero a pesar de la diversión, no puedo bajar la distraerme, como ya dije no hay margen de error con los barrancos que me acompañan a mi izquierda. Curvas vienen y van, de pronto todo comienza a cambiar, todo comienza a verse más verde, no pasa mucho cuando la neblina que pronosticaba el tendero se hace presente, al principio tengo alrededor de 50 mts. de visibilidad pero conforme avanzo esto cambia hasta llegar al punto de en lapsos no ver más allá de 8 o 10 mts, a esto le sumo que el visor del casco comienza a empañarse y a cubrirse de gotas gracias a la humedad de la neblina, definitivamente tengo que bajar la velocidad al grado de no pasar de los 30 kms/h.
He parado a espabilar y colocarme de nuevo la parte superior del impermeable, mientras no encuentre lluvia como tal, no pienso usar el pantalón del impermeable, también me coloco los guantes “para frio” y esto me permite recorrer kilómetros muy cómodamente, sin preocuparme por no sentir los dedos, por mojarme la ropa, etc. y allí voy, a paso lento pero aun así disfrutando de cada curva, de cada kilómetro, incluso a pesar de la neblina me puedo dar una idea de lo que hay a mi alrededor, escucho un caudal de agua, es un río que si no es muy grande si lleva una corriente rápida, el agua se ve tan clara si no fuera por el frío se antojaría estar allí adentro, -¡que belleza!-.
Continuo avanzando, a ratos el clima mejora al grado de encontrar tramos de carretera seca, la batería de la cámara se ha terminado, ya solo nos quedan instantáneas y de sobra, durante el trayecto de esta sierra pasé muchas cosas, como ya dije los cambios de clima bastante bruscos, en ocasiones en una curva voy con neblina, a la siguiente ya no hay tal y de nueva cuenta a la vuelta de la próxima curva me espera la neblina y su brisa, también vuelvo a confiar demasiado en Lola, otra vez quiere llevarme por la ruta más corta hacia Tuxtepec pero caigo en cuenta que me desviado de la carretera, tengo que recurrir al medio de ubicación más antiguo de la historia: – Buenas tardes, disculpe ¿este camino me lleva a Tuxtepec?-, la respuesta es un sí acompañado de un peeeeero, es un camino de terracería y me recomiendan regresar a la carretera y seguir por ese camino, así lo hago al mismo tiempo que dedico algunos pensamientos que no puedo expresar aquí hacia el GPS…
En fin, continuo por este camino, el objetivo inicial era llegar al pueblo mágico Capulalpam de Méndez, sin embargo sé que será algo imposible a menos que quiera rodar de madrugada, me preocupa el tema de la seguridad, no conozco la zona, no sé qué tan seguro sea andar de noche en estas carreteras así que cambio mi expectativa a llegar sano y salvo hasta Tuxtepec, allí pasaré la noche y continuaré mañana temprano.
De verdad que esta foto no le hace justicia a la realidad, lo que yo vi en vivo fue una gran extensión de terreno completamente cubierta por un pasto de un color verde muy peculiar, muy vivo, pareciera que lo podan porque es muy parejo pero es imposible podar tantas hectáreas de terreno, de forma curiosa crecen pequeños arbustos que adornan la escena, no puedo evitar parar a tomar una foto que como pueden ver es una caricatura de la realidad, admiro por unos instantes la belleza natural de éste estado y continuo, esta sería mi última foto con luz natural.
Sigo rodando, ya estoy bajando de la sierra, eso me reconforta de cierta forma y me anima a seguir a pesar de que el cielo está completamente nublado hay una ligera briza o llovizna, se siente un clima caluroso, en los pueblos que cruzo la gente anda en la calle con playera y bermudas no les importa mojarse o no conocen las sombrillas. Me doy cuenta que estoy rodando por el camino que promovió este viaje, la presa Miguel Alemán, me emociono, me gusta saber que estoy aquí donde hace unos meses “me vi” (como el comercial de Melate) rodando en mi R15, en condiciones completamente distintas, pero a final de cuentas aquí estoy y de nuevo paro a dedicar unos minutos a contemplar las pequeñas partes de agua visibles, comparadas con la inmensidad de la presa.
Son muy agradables los kilómetros siguientes, por unos instantes cruzo un puente que sortea el cauce de la presa, me detengo nuevamente, ya no hay foto, esta vista me la quedo para mí, por uno o dos kilómetros más la carretera va a la orilla de la presa, de aquí a Tuxtepec el camino es totalmente en la oscuridad, por la carretera cruzan sapos, veo algo que parece ser una liebre o conejo pequeño cruzando el camino, me pregunto ¿cómo coño puede ver en esta oscuridad total?, alguna especie de cangrejo, muchos insectos que chocan contra nosotros, fue una grata experiencia y la cereza en el pastel fue observar a mi izquierda una locomotora alumbrando su camino con su gran faro, ver esto en medio de la oscuridad es todo un espectáculo, la baja velocidad que llevo por la oscuridad, asfalto mojado, cansancio etc. me permiten apreciar muchos detalles que agradezco.
Al fin llego a Tuxtepec, son aproximadamente las 9:00 pm, preguntando me recomiendan un hotel, ya lo había contemplado preparando la ruta así que me suena, la habitación cuesta $350 pesos, tiene lo básico y hay estacionamiento lo importante para mí, entro y lo primero me quito el disfraz, estoy contento sé que aún falta mucho por recorrer pero voy bien, lo estoy haciendo bien creo yo y lo más importante lo estoy disfrutando aquí es cuando la inversión en moto, mantenimientos, impuestos, licencia, cascos, protecciones, guantes, etc. etc. se recompensan y con creces, salgo a cenar unos ricos tacos, no dedico tiempo a buscar más opciones lo que quiero es regresar al hotel y descansar, ya en el hotel solo mando algunos mensajes avisando de mi ubicación y que todo va bien y sin darme cuenta me quedo dormido.
La alarma suena a las 5:00 am, me cuesta levantarme pero sé que es importante el salir temprano, tomo una ducha, preparo mis cosas, me pongo el impermeable y venga a seguirle que nos esperan muchos kilómetros más.
Aún está oscuro, afortunadamente me dan alcance un par de motos de igual o menor cilindrada que la mía, son locales, van al trabajo o algo así y van por mi ruta, me mantengo atrás de ellos siguiendo sus pasos pues se nota que ya conocen el camino y sus trampas. Ya estoy a las afueras de Tuxtepec, sinceramente el camino es malo, pero conforme me alejo del pueblo las condiciones mejoran. Me encanta, el entorno comienza a tomar una forma que me encanta, solo veo verde y nuevos tipos de árboles, cruzo más ríos, me encanta cruzar ríos.
De pronto paso un tope y escucho un ruido, algo roza, bajo la mirada y descubro que la pata de cabra de la moto viene abajo, -Pendejo, no la subí- y mi primer reacción fue intentar subirla pero descubro que no se mantiene en su posición sino que vuelve a bajarse, me detengo a revisar y me encuentro con que el resorte que hace esa función ya no está, si algo me decía mi padre muy a menudo era un –Hay hijito, que bueno que estudiaste porque si no te mueres de hambre- dándome a entender que soy malo para los trabajos que requieren ensuciarse las manos. Ok, estoy aquí a media carretera, son las 7:00 am, dudo mucho que encuentre una agencia Yamaha cerca, ¿el seguro podrá hacerse cargo?, ¿Qué rayos, qué necesito? Analizo la situación, me pregunto qué haría mi padre tan creativo en esos menesteres de arreglar a bote pronto este tipo de situaciones, de repente recuerdo unos elásticos que vienen con el impermeable pero que yo no uso y los traigo en la bolsa, me las ingenio para amarrar la pata de cabra de modo que cuando “paro” la moto, la pata se recoge no al 100% pero si me asegura por lo menos no roce en el piso, como solución momentánea me funciona, así que continuo.
Por aquí los taxis o bicitaxis son motos con cabina y lugar para 2 o 3 pasajeros, pido a uno de ellos informes de un taller de motos, está cerca pero el mecánico me comenta que los que resortes que tiene no le quedan, hace el intento y efectivamente, es casi imposible bajar la pata. Continuo con mi solución echiza.
Noto que estoy subiendo nuevamente, curva tras curva en subida y el clima se repite, neblida con una ligera brisa, no hay mas, estoy resignado a realizar todo el trayecto en estas condiciones, aún así no deja de agradarme.
Sinceramente en ratos, el ver que las curvas no se terminan, que el GPS me posiciona ni a la mitad del camino hacia la capital de Oaxaca, me frustra y desespera un poco, quisiera detenerme aquí y esperar a que el mal tiempo pase, pero eso no pasará así que tengo que seguir, con el mismo cuidado, con las mismas precauciones, al final lo que me ayuda a seguir rodando son los grandes paisajes que ofrece la sierra, también ayuda que hay muy poco tránsito, jamás vi un camión de transporte pesado, solo automóviles, el camino está en muy buenas condiciones, solo debido a las lluvias hay que ser cauteloso con las hojas que caen en el camino pues podrían ser muy resbalosas.
Como si nada la llovizna se suprime, de igual forma la neblina, siento que el clima mejora y comienzo a sentir calor, la humedad que traigo por fuera comienza a evaporarse, el camino ya no está mojado, es un gran alivio. Llego al pueblo de Ixtlán de Juárez, cargo combustible y pregunto al despachador por un taller de motos, me da indicaciones de cómo llegar aunque me advierte que es un taller pequeño, nada pierdo con intentar. Efectivamente es un taller pequeño, pero quien atiende resulta ser más eficiente que en el taller anterior, pues este camarada tiene el mismo resorte pero él sí sabe cómo colocarlo, resulta que el otro mecánico lo estaba colocando de forma incorrecta por eso quedaba muy tenso, pero aquí en Ixtlán sí “se la saben” y me resuelve el problema en 5 minutos y por solo 30 pesos, charlo unos minutos con el mecánico (olvidé preguntar su nombre), si me dieran un peso por cada ocasión que me dicen que mi moto “aparenta ser más grande” (de mayor cilindrada) ya hubiera juntado para… unos 6 boletos del metro.
Ok, mi problema está resuelto, el clima mejoró bastante ya hasta hay sol, ¿podré visitar el único Pueblo Mágico que tiene Oaxaca? Creo que sí, tomo la desviación a Capulalpam de Méndez, -quizá pueda comer algo rico allí- pienso. Me toma como 10 minutos llegar al pueblo, es pequeño pero pintoresco, estoy en la calle que me lleva a la Parroquia de San Mateo, -NO-, no se espanten no pienso tomar misa, me detengo a tomar una foto de la calle empedrada y de repente escucho un “Padiuxhii”… yo respondo muy cordialmente con un … -¿heeeeee?-, un señor de entre 60-70 años me dice que Padiuxhii significa –buenas tardes- en Zapoteco, regreso el saludo, me disculpo por no entenderlo y continuo, la Parroquia es bonita (por fuera, “no entré pa’ dentro”) y tiene una especie de explanada coqueta desde la cual se ve todo el pueblo y más, mucho más allá. Recorro algunas calles a pie, tomo algunas fotos y lo que se me ha hecho costumbre últimamente, buscar una taza que me recuerde en donde estuve, la encontré y me doy cuenta de que los lugares para comer están cerrados así que creo que esto es todo lo que, por ahora, Capulalpam me puede ofrecer así que sigamos.
Unas cuantas curvas más adelante se encuentra el pueblo Guelatao, pueblo natal de Benito Juárez, aquí recuerdo un relato del Profe Augusto de no hace mucho por estos lares, me pregunto ¿cómo rayos le hizo el Profe para hacer esta ruta en un solo día?, más adelante y casi en medio de la nada encuentro un letrero hechizo de “comedor”, ya estoy allí y le doy un vistazo, se ve bien creo que es lo que buscaba, un lugar tranquilo casi al aire libre para comer. Además de disfrutar una rica comida, disfruté de una charla muy amena con las señoras que atienden (madre e hija), soy el único cliente de momento así que echamos la platicadita en confianza.
Ya estoy por llegar a la capital de Oaxaca, el camino sigue siendo muy bueno, tuve la fortuna de pasar por aquí justo cuando el asfalto es casi nuevo, curvas agradables, excelentes vistas, aunque en tramos la neblina hace presencia nuevamente pero no es constante y en general el clima es bueno, comienzo a bajar y por una parte no quiero que las curvas se terminen y llegar a una ciudad más, igual a todas, con tráfico, gentío, ruido, etc. pero por el otro lado me reconforma saber que voy por buen camino y voy cumpliendo los objetivos.
El paso por Oaxaca es sin novedad, tomé la ruta que me sugirió el GPS, efectivamente lo que alcanzo a ver es una ciudad más, solo me llaman la atención los semáforos que utilizan por acá, son curiosos y no sé quién fue el genio al que se le ocurrió hacer el sentido de las avenidas como serpenteante, los sentidos en la avenida se van cruzando cada 3 o 4 semáforos, que tontería.
Ya estoy a las afueras de la ciudad de Oaxaca, es momento de tomar una decisión: tomo la ruta pre-programada de regreso a México por carretera libre y mas sierra, o tomo la autopista de cuota, de tomar la primera seguramente no llegaré hoy a casa, tendré que hospedarme en algún lugar intermedio y continuar mañana, no me agrada, quisiera llegar hoy para comenzar el domingo ya en casa y cubrir pendientes, así que resuelvo tomar la autopista de cuota, ya habrá otro día para realizar esa ruta contemplada en el regreso la cual promete muchos atrativos.
Ya en la autopista el clima es muy bueno, haciendo cuentas posiblemente esté llegando al D.F. a las 8 pm, en teoría tendré que rodar muy poco tiempo de noche en las afueras de este, ya entrando a la ciudad no me preocupa que tan noche pueda ser, pensando en esto me relajo y doy rienda suelta a mi ganas de tomar fotos y detenerme en donde me parezca atractivo sin importar que me haya detenido 500 metros atrás. Esta carretera también es agradable, muy pocas rectas, buenísimos paisajes, para nada aburrida y creo yo que poco transitada.
Detengo mi sesión de fotos hasta que reconozco el luegar en donde estuve ayer por error del GPS, así que esta parte ya la conozco y solo me dedico a rodar, sin novedad, llego al entronque con la autopista a Puebla (esta si es aburrida por que es una recta infernal y además llena de transpote pesado) atravieso por Puebla ya en la oscuridad, justo antes de entrar al Estado de México, a la altura de Rio Frio comienza a llover de forma moderada pero afortunadamente al ser autopista el camino está en buenas condiciones lo que me permite continuar con mi velocidad promedio de 90-100 kmh.
En cuanto comienzo a sentir el tráfico me siento ya en casa y ni hablar a cruzar la Ciudad de México para llegar a casa en donde me espera… absolutamente nadie… jaja … antes de llegar a puebla recibo un mensaje de mi familia preguntando como voy y avisando que no están en casa, están en Hidalgo y me hacen la invitación a llegar allá… -si claro- aquí nomás dos estados a ladito y ya llegue, no veo coherente el rodar de noche por esos rumbos pues aunque ya los conozco de pi a pa, siento que es arriesgado y a paso nocturno serán fácil otras 3 horas de camino o más, así que decido llegar a casa, así lo hago cerca de las 9:30 pm.
Llego cansado sí, por supuesto que sí, pero muy satisfecho de haber cumplido la mayoria de los objetivos, de haber contemplado tan bellos lugares, de darme cuenta que no es lo mismo ver la ruta por google maps que estar allí en vivo y en directo, de haber recorrido 1339 kilómetros en un par de días, sí, son pocos en comparación de muchas otras aventuras que nos han compartido otros camaradas en este sitio, pero estos 1339 kms son mios y ya nada puede cambiar eso.
Gastos
$550 combustible aprox.
$250 casetas aprox.
$350 Hotel
$150 comidas.
+ souvenirs, reparación, etc.
Solo me resta agradecer a todos los camaradas de MotoRuta México que se tomaron la molestia de leer todo este choro falto de buena redacción, cero pohetico y menos divertido.
Gracias y nos vemos en el camino…