Relato Enviado por Gustavo Wong
La idea de rodar una ruta larga ya taladraba en mi cabeza desde que empecé a manejar motocicleta, conocer y saber que se siente acostarse a dormir después de 12 horas de montar la moto, saber la satisfacción de todo un día de hacer algo que me gusta, en fin, sabía que tenía que hacerlo, pero sólo, solo por esta vez! Por eso pido perdón a quienes no les avisé y sé que de buena gana me hubieran acompañado.
El momento decisivo fue cuando, Yamaha Terraventura solamente lanzó invitación para salir a rodar a cilindradas 500 cc o mayores multimarca, es entonces cuando pensé en mi buen amigo Almighty… y dije, ¿por qué carajos no rodar sólo? ¿por qué esperar a que me digan, sí, te invitamos a rodar? No me gusta causar molestias y tampoco depender de los demás, es así que una vez contando con el visto bueno de mi amada esposa, (gracias Lupi por la confianza)todo lo alisté en una semana, llevé la moto a servicio, compré cámaras, enderezaron el rin delantero, revisión en todos los aspectos, compré una bomba de Chetumal aire, revisé herramienta completa, impermeable, rodilleras (gracias Allan Rudman magníficas) guantes, etc.; y es así como el lunes 4 de enero de este año que empieza, empecé a rodar a las 0600 am con destino a Mérida Yucatan, previo descanso en Villahermosa Tabasco.
Siempre me ha gustado manejar, sobretodo con la motocicleta, que a pesar de ser una 250 cc, desde la salida del DF se ha comportado como las grandes. No lo niego, y varias veces me dieron ganas de tener un motor mas potente y por ende, mas veloz, sin embargo con un poco de paciencia, empecé a disfrutar el viaje y es así que llegué a Puebla, con su periférico en construcción, pero a buen ritmo, es así como seguí esos mas de 140 kms hasta Rio Frio, en donde pasando la caseta el clima empezó con su aventura de 2 días de neblina, lluvia y frio, de tal forma que durante toda la bajada de maltrata hasta Córdoba, no pude ver casi nada y me faltaron trapos para limpiar la condensación de agua en el casco; no podía creer tanta niebla y lluvia fría de gotas muy finas; así llegué a Cosomaloapan, y ya con lluvia a Coatzacoalcos, Minatitlán y finalmente a las 6 pm a Villahermosa Tabasco; lo cual no es de extrañarse ya que de las mas de 20 veces que he pasado por esa capital estatal, 14 ha estado lloviendo, llueve hasta inundarse en cualquier época del año.
Al dia siguiente, me acordé que dejé la moto en el estacionamiento y rápidamente bajé a verla… uff ahí estaba como la dejé, la noche anterior el cansancio de 12 horas había hecho efectos naturales. Nuevamente a las 6 am aun en plena obscuridad, salí a rodar con bolsas de nylon en los pies en lugar de calcetines, pues las botas chorreaban agua aun, sin embargo, antes de llegar a Frontera Tabasco, nuevamente empezó a llover… y es así como pasé mi primer amanecer montado en la 250, mojado y con hambre. Así llegué a Ciudad del Carmen Campeche en donde a la salida hacia Isla Aguada hay una Bodega Aurrera y afuera venden riquísimas tortas de carne asada.
Todo entusiasmo y ya brillando el sol, manejé hasta Campeche capital y posteriormente 2 horas mas hasta Mérida Yucatán en donde arribé a las 4 pm aproximadamente. Lugar en donde tuve que limpiar, desempolvar y deshierbar mi casa para salir el 8 de enero viernes, con destino a Playa del Carmen, Q. Roo por la nueva autopista, todo sin contratiempos pues no se compara un destino de 4 horas, sin embargo a una hora antes de mi destino, se rompió una de las bases de una lámpara auxiliar. No tuve mas remedio que cortar el cable y meterla al top case.
Ya en Playa y después de visitar a mis hermanos, llevé a soldar la base y tuve que comprar la única llanta trasera que había en a ciudad, pues la mía ya era mucho mas peligrosa porque unas pequeñas rajadas, se habían convertido en una solo muy grande. Es ahí en donde seguí el buen consejo de mi gurú y compré una Rinaldi 110/80-18 dejándole la misma cámara, lo cual fue un error, porque al llegar a Cancún una hora después, mi llanta sin aire; todo debido a los pliegues que se hicieron por una cámara mas grande. Por suerte el taller en donde estaba, me vendieron la cámara 3.50” y el muchacho no perdió la oportunidad de manejar la pequeña de las Tenere, lo cual a decir de él mismo, fue un verdadero placer, pues esta acostumbrado a cilindradas mas pequeñas.
De regreso en Playa del Carmen y ya con una moto lista, no perdí oportunidad de recordar viejos tiempos y crucé a Cozumel a echarme 2 tanques en el hermoso arrecife de Palancar a 25 metros y otro mas a 35 metros. Después de 10 años de remojarme, fue un verdadero reto controlar mi respiración, no friquiarme y mantener mi flotabilidad, que por momentos bajaba como piedra y por otros flotaba como boya jajajajaja después de largos 5 minutos todo estuvo bien controlado y es así como volví a vivir inolvidables momentos.
Después de 4 días en Playa del Carmen, fue momento para ir a manejar 120 kms de ida y vuelta a Cancún, para despedirme de mis familiares y al otro día regresar a Playa y posteriormente a Mérida vía Tulum y Cobá; por cierto toda la zona ha cambiado mucho, hoteles de 7 estrellas, spas, actividades de turismo ecológico, cenotes, excursiones a playas exclusivas como Xelha e Xcaret, etc. Todo muy exclusivo y yo en una pequeña moto, pero sin que eso importara mucho, fue un placer regresar por un buen camino de asfalto muy poroso en medio de la selva quintanarroense, mis brazos se quemaron por las 5 horas de sol, pero valió la pena rodar entre pardadas de loros, tucanes e infinidad de aves cuyos nombres desconozco, el ruido de carretera es emocionante.
Ya en Mérida, realicé los preparativos para el regreso… aceité la cadena, amarré bien la maleta, saqué y dejé a mano el impermeable y a las 6 am con los primeros rayos de sol, emprendí el viernes, el regreso por la misma ruta, es decir, Campeche, Champotón y Ciudad del Carmen, Campeche, Frontera y Villahermosa Tabasco, comiendo a las 3 pm continuando hasta Cárdenas, Tabasco y Coatzacoalcos y Minatitlan, Veracruz… es impresionante la cantidad de moscos que de 7 a 8 pm encuentras en la carretera, verdaderamente nubes de insectos, que se estrellaban en mis faros, casco, chamarra y en todas partes de la moto… finalmente a las 8 pm ya estaba bien hospedado.
Fresco como lechuga y con el entusiasmo de ver a los míos que dejé en casa, salí del hotel (otra vez se me había olvidado la moto por el cansancio) a las 7 am, rápidamente, tomé la autopista a Acayucan, Veracruz, desayuné en Cosamaloapan y llegué a Córdoba en no mas de 4 horas, con excelente clima a pesar de los pronósticos, empecé el ascenso con pleno dominio de las curvas y (esta mal que yo lo diga, pero quien mas sino yo?) buenos rebases los tráileres parecían arrastrase mientras la 250 subía con gran agilidad incluso rebasando a bastantes vehículos. Llegando a Rio Frio, me impactó la vista del Pico de Orizaba el cual estaba nevado como lo esperaba después de haber leído pronósticos del clima, al igual que la malinche, el popo e iztazihualt. 8 horas tardé en llegar al DF, sin tráfico y cuando lo hubo, amé los acotamientos pero, más mi moto.
Es así, como sin contratiempos y es justo decirlo, gracias a Dios, pude manejar en total mas de 4000 kms en 15 días, a un promedio de consumo de gasolina de 24 kms/lt, 3000 pesos de ida y otros 3000 de vuelta, en hospedajes, casetas, gasolina, comidas y propinas, sin contar los gastos del buceo y comidas ni hospedajes en el destino. Sin duda lo volvería a hacer, rodar sólo permite platicar conmigo mismo, darme mis descansos, idas al baño, hospedajes, escucharme, y detenerme a tomar las pocas o muchas fotos que quise; pero no dejo de valorar aún cualquier salida de algunas horas, ni la buena compañía y plática de la gente de motoruta mexico, que cualquiera que sea la ruta, siempre se disfruta y vale la pena. Nos vemos en el camino.