Viernes 18 de Diciembre de 2015
¿Les ha pasado que, andan de viaje y no pueden dormir? No sé si será por la emoción del viaje, el estar en cama desconocida ó qué, pero…
Eso sufrí en Saltillo.
Me dormí a eso de las 11:30pm, pero antes de las 5am ya estaba despierto.
Y ni modo de aprovechar estar despierto para continuar el viaje…
Afuera estaba aún muy oscuro, y a 0ºC.
Así que decidí esperar. Me bañé, salí a comprar café, tiempo aire para mi cel que empezaba a fallar y yo todavía no me daba cuenta, preparé la moto, y a eso de las 7:30am estaba en camino.
En las afueras de la ciudad por poco salgo volando al pasar un tope oscuro en pavimento oscuro en avenida oscura a toda velocidad. Hasta pensé que había reventado la llanta delantera por lo aparatoso del golpe pero por fortuna no pasó a mayores.
Al salir del Hotel, pensando que en unos minutos comenzaría a calentar con el sol, me fui relativamente ligero de ropa. Gran error. Para salir de Saltillo hay que atravesar la sierra, subir y subir entre montañas que tapan el sol, acompañado por un enorme número de camiones de carga que hacen lento el tránsito. Iba con frío y refunfuñando entre dientes y sin posibilidad de detenerme, hasta que comenzó la bajada de la montaña y el llegar a ese largo tramo de carretera recta que lleva a Matehuala la temperatura comenzó a subir.
Antes de salir de Saltillo quise desayunar ahí mismo, pero ninguno de los restaurantes que había visto tentadores estaba abierto a las 7:30 am. ¿Porqué? No sé. Así que me dije: “Desayuno en el camino, como todo un aventurero”.
Por lo que al pasar la caseta de cobro “Los Chorros” a las 9:15am, me detuve en uno de los “restaurantes” que están inmediatamente pasando dicha caseta. Pedí una orden de tacos de harina con carne deshebrada.
Puedo decir, sin temor a equivocarme, que este fue el peor desayuno que he comido que recuerde. Así de malo era. Medio comí algo de la poca carne escondida entre los pedazos de grasa, y preferí dejarla y comer las tortillas solas, mientras tomaba uno de los peores cafés instantáneos que he tomado en mi vida. Hubiera sido preferible no comer nada, pensé que podría enfermarme del estómago y salí muy decepcionado del lugar. Y aparte, caro. Pagué $80 pesotes por algo incomible.
De la carretera hasta Matehuala, poco que contar, excepto que hay un sitio donde las autoridades federales tienen un retén, tanto de ida como de regreso, en donde se hacen filas de varios kilómetros de longitud, y en donde los coches pierden una hora ó mas de tiempo. Y a decir verdad, no vi que revisaran a nadie.
Por fortuna, logré adelantar un par de kilómetros avanzando lentamente por el acotamiento, y faltando un medio kilómetro me reincorporé a la fila. Aún así, ahí perdí unos 20 minutos de tiempo de recorrido.
La otra cosa que me pasó fue que, mas adelante, y así, de la nada, recibí un tremendo golpe de aire de mi izquierda a mi derecha, que si hubiera ido distraído, hubiera podido tumbarme. ¡Me movió el casco! Fue algo raro, ir a 100 Kmph y de repente sentir el golpazo del aire, y luego nada.
Es poco lo que se puede decir de esa carretera. Recta, en regular estado, me llevó a sin problemas a Matehuala, en donde me detuve en a oficina de Turismo a pedir información, y en donde una amable señora me regaló varios mapas del estado de S.L.P., muy detallados y que después me fueron de gran utilidad. Cargué gasolina a eso de las 12:30pm, y seguí mi camino.
Kilómetros adelante, unas dos horas después, llegue a la “Caseta Cerritos”, la caseta de cobro de la carretera a Río Verde. Esta carretera está en muy buen estado, con muchas subidas, bajadas, curvas no muy pronunciadas, en fin, de esas carreteras en las que sí da gusto rodar.
Y fue en esta agradable carretera cuando me di cuenta de que ya llevaba recorridas 500 millas (820 Km).
Tres horas después, a eso de las 5:30pm, estaba rellenando el tanque en Cd. Fernández, que está conurbada con Río Verde. Mi destino: la tierra prometida, el punto de reunión de la 1era Reunión Nacional de Motoruta México (punto com), La Media Luna.
Me fui a la búsqueda de la entrada al Ejido El Jabalí, en donde se encuentra el Balneario La Media Luna, y al ver esa entrada me sentí un poco decepcionado. Son poco mas de 7 Km de brecha en no muy buenas condiciones y sin ninguna señalización. Rodar solo por el monte y alejándome cada vez mas de la civilización, sin saber si iba en la dirección correcta fue un poco “estresante”. En serio, el sitio está muy escondido, lejos del mundanal ruido, pero al llegar…
Imaginen mi alegría, cuando, después de una pronunciada curva, veo a lo lejos la entrada a este paradisíaco lugar, y casi derramo lágrimas de emoción al ver docenas de motocicletas estacionadas. Se me hizo un nudo en la garganta, pensé que la Reunión era todo un éxito, y hasta llegué a preguntarme si habría espacio para mí en alguna de las cabañas que habían sido reservadas para este maravilloso encuentro.
Pero al acercarme me di cuenta que casi todas las motos eran pequeñas motonetas chinas, no muy buenas para viajes largos. Estacioné mi motoneta japonesa entre sus primas chinas, y me dirigí a la entrada, a preguntar sobre la muchachada de Motoruta. Estaba seguro que encontraría a algún representante de grupo recibiendo a los cansados viajeros con alguna bebida fría, pero no, no vi a nadie.
Me permitieron entrar sin pagar, me dirigí a la Administración y pregunté por las cabañas reservadas para el grupo.
Se me fue el alma al suelo cuando me dijeron que no había tales reservaciones. Que TODO estaba reservado hasta el 1ero de Enero, y que ninguna de las reservaciones estaba a nombre de ninguno de los conocidos de Motoruta.
Salí del edificio de Administración muuuuuy molesto, pensando que había viajado mil Kilómetros para nada, y tratando de comunicarme por celular con uno de los organizadores, cuyo nombre quedará en el anonimato.
Pero debido a lo apartado del lugar, y a que el anónimo organizador iba en su moto viajando hacia el punto de reunión, las pocas veces que pudimos hablar fueron cortas, con mucho ruido y no se pudo decir nada, en realidad. Lo que fue mejor, pues entendí que debería escuchar la explicación a la falta de reservaciones.
(Aquí quiero mencionar algunos de los puntos que mejoraremos en la 2da. Reunión Nacional.
Primero: Reservaciones. Debemos tener aseguradas cuando menos unas 2 ó 3 habitaciones en el lugar de reunión. Es decepcionante llegar, y que te vean como bicho raro mientras das de golpes en el mostrador exigiendo tu reservación.
Que no existe.
Segundo: Escoger un solo punto para visitar. La Media Luna es un lugar ideal para algún encuentro. Fácil te pasas ahí un par de días sin necesidad de ir a ningún otro lugar. Creo que se quiso hacer demasiado en esta 1era Reunión para el tiempo que llevábamos planeado. Lo manejaremos mejor en el siguiente encuentro.)
Así que decidí quedarme un rato a descansar, tomar algunas fotos de este bonito lugar, y ver si alguien mas llegaba, pero después de una hora y fracción, y viendo que empezaba a “pardear”, pensé que lo mejor sería ir a Río Verde a conseguir hotel para quedarme.
Ya iba de salida, precisamente en la entrada a La Media Luna, cuando vi llegar a un motociclista con casco, chamarra hi-viz, moto decente, y pensé “Este es de los míos”, y sí, sí era.
Me hice a un lado, él también y me preguntó: ¿Vienes a lo de Motoruta?
Era nada más y nada menos que mi ahora buen amigo Eric el Rojo,que también estaba haciendo su primer viaje largo en solitario, desde Cd. Sahagún en el estado de Hidalgo.
Intercambiamos algunos comentarios, y le dije que no había reservaciones y me iría al centro de Río Verde a buscar alojamiento.
El decidió quedarse y nos separamos, siguiendo cada quien su camino. Espero leer en su relato lo que sintió al estar esperando.
Nuevamente recorrí los 7 ú 8 Kilómetros de brecha con mi Burgman sonando como maraca en canción cubana, llegué a la carretera y me enfilé hacia Río Verde, en donde en pleno centro encontré el Hotel Plaza, agradable, relativamente barato, limpio, pero sin estacionamiento. Eso no fue problema, me permitieron meter la moto a una parte no usada del vestíbulo. Mas segura no podía estar. En este Hotel tuve la mejor, mas limpia y mas espaciosa habitación en todo mi viaje, y lo recomiendo ampliamente.
Después de varios intentos, logré comunicarme con el anónimo organizador para avisarle que ni perdiera tiempo en ir a La Media Luna, debido a que estaba llena a toda su capacidad. Le dije en que Hotel estaba y que esperaba al resto de la banda ahí.
Salí a recorrer la Plaza Principal, a tomar algunas fotos y a comer algo ligero. Para estas horas la cámara de mi Samsung S3 estaba fallando y tuve que usar la cámara de mi cel de respaldo, una antigua Blackberry 9320, por lo que pido disculpas por la calidad de las fotos. Las publico solamente como un testimonio de como lucía Río Verde en esos días de Diciembre de 2015.
Al regresar me encontré con Eric. Por casualidad se hospedó en el mismo Hotel Plaza, así que subí a mi habitación para entregarle la camiseta conmemorativa de la 1era Reunión Nacional.
En el espacioso segundo piso del Hotel Plaza, seguimos platicando nuestras experiencias como viajeros novatos cuando recibimos un mensaje que decía que Zolín y Almighty ya estaban ahí. Al bajar, los vimos metiendo sus motos al vestíbulo y fuimos a saludarlos.
Después que se instalaron, cambiaron y recibieron sus camisetas conmemorativas, fuimos a cenar y a hacer comentarios sobre nuestros respectivos viajes.
Durante la amena charla de sobremesa que tuvimos, se nos informó que los organizadores trataron, en repetidas ocasiones, de comunicarse telefónicamente con la Administración de La Media Luna, para hacer las reservaciones. Pero, debido a lo apartado del lugar, no entraban las llamadas, se les mandaba a Buzón de Voz, ó simplemente sonaba, sonaba, y no contestaban. Por lo que decidieron “arriesgarle”. Sin embargo, todo resultó para bien, pues el Hotel que utilizamos es bastante agradable y hospitalario.
A la hora de pagar, me di cuenta que había olvidado mi cartera en mi habitación, y con mucha pena tuve que aceptar que pagaran mi consumo, mientras para mis adentros pensé que sería conveniente seguir olvidándola.
Quedamos de vernos a la siguiente mañana para salir temprano hacia Xilitla y visitar Las Pozas, por lo que nos dirigimos a nuestras habitaciones a descansar para la siguiente jornada.
Gastos en casetas: $91 pesos.
Pues esto fue algo de lo que sucedió en el día dos de mi viaje. Muchas gracias por su paciencia y tolerancia. Pronto vendrá el día mas importante, cuando conocí Xilitla. Pero antes, las peligrosas curvas de la Sierra Gorda…
Saludos desde Reynosa.
macnifico
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