Aún cuando los ánimos faltan…

Ya hace casi un mes de que tuvo lugar esta rodada. Apenas me di el tiempo para escribir y narrar una pequeña rodada que realizamos Ruth y yo. De pronto las ideas para nuevos destinos se me acaban, aunque aún me queda bastante de mi estado por recorrer, creo que la mayoría de esos puntos son demasiado lejanos y exigen dedicarles al menos dos días de rodar (se aceptan sugerencias de destinos y/o rutas). Por esa razón el día de hoy no tenemos plan definido, aunque queríamos ir hace algún tiempo al Espinazo del Diablo, hoy no es la excepción y únicamente el clima nos hace dudar.

Nunca

Nunca (por Ruth)

Estrenando un tripie para cámara tomamos la carretera a Mazatlán, el clima es fresco, es la primera vez que puedo rodar con Ruth por esta, mi carretera favorita. Siento algo de frío, por momentos hubiera preferido gozar de la comodidad de unos pantalones extra debajo de los de mezclilla que traigo. Ruth a pesar del ligero frío que hace, va disfrutando de las curvas que voy tomando suavemente para que poco a poco se acostumbre y podamos rodar por ellas al ritmo que acostumbro. Vamos viendo algunas motos que vienen de rodar de Navios o El Salto, supongo que han regresado temprano por el clima que amenaza con llover. Todos saludan y sobre todo me doy cuenta que van bastante bien preparados para lluvia, frío o cualquier elemento que encuentren en el camino. ¡Enhorabuena!

Decidí detenerme en un espacio junto a la carretera para hacer un pequeño descanso y preguntar como venía Ruth con el frío, nos dimos cuenta de que había una frase escrita en el pavimento junto a nosotros, similar a otras que habíamos visto mas atrás y que de momento creímos que tenían que ver con la última edición del Paseo Ciclista Durango – Mazatlán que tuvo lugar apenas unos días atrás. En eso estábamos cuando vimos acercarse una moto, por su color rojo y la forma de su faro supuse que era Mendia a bordo de su Falcon NX4. ¡Sí era él! Un gusto Mendia encontrarte de nuevo en el camino, no hemos salido tanto a rodar como me gustaría, pero fue una grata sorpresa encontrarte y que mejor que me hayas reconocido y te detuviste a saludarnos. Como siempre, Mendia con una gran actitud nos dio ánimos, sobre todo a Ruth por el duro clima que estábamos enfrentando, muy amable y oportuno como siempre con tus comentarios Mendia. ¡Gracias!

¡Saludos!

¡Saludos! (por Ruth)

El siguió su camino, nos despedimos mientras nosotros nos quedamos tomando unas fotos más. Seguimos rodando a un paso tranquilo, traté de no rodar más allá de 80km/hr sobre todo en las rectas de las planicies de El Pino y Metates, para luego llegando al mirador de Río Chico le mostré a Ruth el puente donde tuve la oportunidad de trabajar hace cinco años. Estábamos viendo el paisaje, los ríos, la basura del lugar, automóviles que pasaban, alguna camioneta que lo hizo con una elevada velocidad y de pronto a lo lejos se ve que viene bajando una moto, rápidamente me acerco a la carretera y logré captarle una imagen. El piloto ni saludó, pero ya cuando estábamos por continuar nuestro camino, llegaron seis motos deportivas, eran un grupo de amigos que aparentemente estaban comenzando a salir juntos, pues al preguntar si formaban parte de un motoclub contestaron que sí, pero que aún no tiene nombre. Da gusto saber que hay nuevos motoclubs en formación, que no toda la gente tiene que ir a los clubs ya existentes, sino que se puede empezar con ideas nuevas, sin vicios, simplemente con las ganas de salir a rodar a carretera.

Chopper

Chopper

No-name motoclub

No-name motoclub

Nos despedimos, continuamos a paso lento tomando las curvas de la bajada de Río Chico, tan familiares para mi, pero completamente desconocidas para Ruth sobre dos ruedas. Una larga curva de 180º a la izquierda, luego una suave a la derecha y cuando comenzábamos a inclinar para tomar una mas cerrada, de pronto ¡buuuummmm!, una CBR roja nos rebasa con ese sonido y esa fuerza imponentes que aún nos hicieron sentir algunos de sus HP en la piel. Va muy rápido y el piloto tiene que inclinar casi hasta rozar rodilla, es experimentado pues se va descolgando. Ruth simplemente lanzó una expresión de sorpresa… Luego los cinco restantes nos fueron adelantando cada uno según sus habilidades en el transcurso de las siguientes tres o cuatro curvas. Poco después de esto llegamos a las gorditas Eriliz, donde habían otras cuatro motocicletas, todas chopper y casi todos iban en pareja. Dejamos nuestras cosas en una mesa y pedimos gorditas, una quesadilla y dos cafés. En eso estábamos cuando no nos decidíamos entre socializar o no, así que de pronto les pedimos permiso para tomarles una foto, muy animadamente posaron los amigos del Motoclub Amigos de Durango.

Motoclub Amigos Durango

Motoclub Amigos Durango

Perfecta para viajar

Perfecta para viajar

No te pongas celosa DR...

No te pongas celosa DR... (por Ruth)

Tuneladoras

Tuneladoras

Ambos estábamos desvelados, pues la noche anterior fue de tomar fotos en la ciudad, así que desistimos de continuar rumbo al Espinazo del Diablo, además de que ya era un poco tarde. Simplemente ya íbamos de regreso a Durango, pero para que la rodada no se quedara simplemente en lo vivido hasta el momento decidí desviarnos en Río Chico rumbo al arroyo que lleva ese nombre, para mostrárselo a Ruth. Llegamos al primer cruce del camino de terracería con el arroyo y nos detuvimos a descansar y disfrutar de los ligeros sonidos del agua, cerca había gente pescando y nosotros simplemente nos relajamos sobre una roca casi al punto de dormir.

Relax

Relax

Cruzando Río Chico

Cruzando Río Chico (por Ruth)

De pronto despertamos y decidimos intentar continuar, así que crucé el arroyo solo en la DR, fue cosa fácil y me regresé a pie para ayudar a cruzar a Ruth por algunas rocas. Continuamos por el camino que va junto al arroyo y al llegar al que parecía un buen lugar para descansar vimos que ahí estaba un equino ¡con una pierna amputada! Fue algo que nos impresionó bastante, pues al menos hasta donde yo había escuchado, cuando un animal de estos sufre al menos una fractura en una extremidad es sacrificado. Pero éste no. Este animal fue perdonado, pero a cambio de eso seguramente lleva una vida cuando menos complicada.

Resignación

Resignación (por Ruth)

Debe ser difícil

Debe ser difícil (por Ruth)

Mis chicas

Mis chicas

Más adelante por el mismo camino nos encontramos otro cruce de río, fue un tanto mas complicado pues el fondo era arenoso, así que de pronto parecía que la DR se quedaba atascada pero afortunadamente el impulso fue suficiente para cruzar. Algunos metros más y nos encontramos otro cruce bastante largo y aparentemente profundo. El cielo era gris, muy gris, tanto que cuando apenas estábamos decidiendo no continuar por esta ocasión por ese camino que nos podría llevar hasta Tres Molinos, comenzó a soltarnos algunas gotas tan diminutas y lentas que las veíamos caer directamente desde el zenit planeando hasta nuestros ojos. La llovizna era ligera, pero comenzaba a ser constante y cada vez mas densa. A lo lejos, mas al sur, ya era una lluvia que podría envolvernos en poco tiempo, así que saqué el impermeable para Ruth, se lo puso y me cubrió con el mientras pasaba este ligero temporal, y en la proximidad las ganas fueron reservadas, para una ocasión que no sé si será mejor y que al menos hoy se quedaron simplemente en la mente y al borde de un movimiento reprimido.

Por hoy, solo hasta aquí

Por hoy, solo hasta aquí

Faltó, faltó. No faltó nada, fue perfecto

Faltó, faltó. No faltó nada, fue perfecto

Ya con menos lluvia emprendemos el regreso para los tres siguientes cruces del arroyo, el primero pasó como si nada, otra vez el pequeño riesgo de atascar pero salimos bien; el segundo es de fondo rocoso y con algunos ligeros saltos pasamos bien, pero el último que parecía ser el mas sencillo me sorprendió con una roca grande que no vi a tiempo y causó nuestro salto, con el susto de Ruth que creyó que íbamos directo al agua y bajó su pie derecho, pero todo quedó ahí sin consecuencias. Tomamos de nueva cuenta la carretera rumbo a Durango y todavía me di el tiempo para hacer dos paradas a tomar fotos, siendo la segunda donde incluso Ruth disfrutó de un colchón completamente natural perfecto para conciliar las horas de sueño que se debía.

Nos faltó un helicóptero para tomar esos campos amarillos

Nos faltó un helicóptero para tomar esos campos amarillos

Hay tanto ahí en Durango

Hay tanto ahí en Durango

Ya en Durango finalizamos nuestra rodada frente a un lago con patos, dos tortas y un tren que promete llevarnos a buen destino; pero bien, sé que los destinos no siempre se consiguen como hoy fue el caso, y también estoy consciente de que lo mejor de los viajes no son los destinos, sino los viajes en sí, el camino y la manera de disfrutarlos. Gracias Ruth por estar de nueva cuenta rodando conmigo. Nos vemos en el camino.

Interminables viajes

Interminables viajes