En Septiembre del año pasado deje pendiente una ruta, en compañía del buen Beto recorrimos Tecolutla, Tajin, Antigua, Veracruz y Chachalacas, conocí la ruta favorita de mis ancestros pero una inundación nos impidió continuar hasta San Andrés Tuxtla y un huracán nos hizo regresar, en el camino murió la Sra. Y regrese a mi casa como pasajero de Vivi la GN125 de Beto.
Semana santa llego y no se concreto ninguna ruta, no había con quien rodar, pero tenía una moto disponible, el tiempo y el dinero, una vocecita en mi interior me pedía volverlo a intentar, otra parte de mi, creo que algunos lo llaman sentido comun decía: no hagas nada quédate en la seguridad de tu casa…podía poncharme en medio de la nada, volver a tronar motor o incluso sufrir un accidente y no tendria a nadie para apoyarme, se que la soledad pesa y puede ser una gran enemiga a vencer… sin saber a ciencia cierta qué destino tomaría comencé a equipar la moto, cambie la llanta delantera que aun era la original, coloque las bases para las maletas givi, servicio en la agencia y Suzu lucia y se sentía bien.
Es Domingo son las 6:30 Am y voy saliendo de Leon no tengo un plan fijo, no llevo definida la ruta, ni siquiera llevo un mapa, voy pensando entre quedarme en Tecolutla, contactar a Halcón o a Karem, intentar llegar a los tuxtlas, no tengo la menor idea de lo que viene.
Como siempre el amanecer me alcanzo en Irapuato, me encanta ver como las sombras se van y poco a poco el clima cambia y se llena de luz, para cuando llego a Salamanca la luz lo domina todo, esta ciudad de la cual es originario Benjamín Arredondo (autor del blog Vamos al bable) es un lugar lleno de contrastes y me recuerda que la he visitado poco, para quien pase por aquí no debe de dejar de probar la nieve de pasta, la cual desconozco que lleve pero sabe muy bien y la pueden encontrar a un costado del templo del Sr del Hospital, por desgracia en esta ciudad se encuentra la termo eléctrica de la CFE y una refinería de PEMEX la contaminación es tremenda y en el aire se persibe un olor a pedo, la contaminación es tal que se ha llegado a superar al DF, se mentiene en la pelea entre las diez ciudades mas contaminadas de Mexico y el el rio Lerma que cruza a un costado de la ciudad se ha llegado a incendiar… si dije que el rio se incendio, aunque de esto tienen tambien la culpa las industrias que a lo largo del cauce del rio van tirando sus desechos, este rio nace en Lerma EDO-MEX.
Sin detenerme pase Querétaro, antes de la salida a Pachuca me detuve a desayunar, unas galletas, un jugo y una barra de chocolate me darían la energía necesaria, Pase San Juan del rio y tome camino hacia Ixmiquilpan.
Me gustan mucho un tramo donde uno se en carrera bastante Suzu levanto los 140 km/h de su tablero, velocidad que no es del todo real ya que hay un desfase, pero no se sentía nada mal.
Los paisajes en esta ruta son muy parecidos a los de mi tierra, granjas y sembradíos, uno que otro tramo de curvas y pendientes, no es aburrido pero tampoco es una ruta que demande mucho reto. Este macizo montañoso se ve colosal desde la carretera y me invita a explorarlo, pero será luego.
Paso el Arenal lugar del Señor de las maravillas y cuando menos lo pienso estoy ante la desviación que lleva a Pachuca, vallamos pues a conocer a Yeras, a estas alturas llevo casi 6 horas montando la moto y están a punto de dar las 2 de la tarde, por experiencia sé que voy apenas a la mitad del camino ya que si bien son poco mas de250 km los que me faltan a Tecolutla lo que sigue son curvas y mas curvas llenas de tráfico lento.
Busco un lugar que sirva de referencia para el encuentro, doy con un oxxo afuera de un panteón y ahí contacto al moto rutero y touareg de estas tierras, quien pese a que lo tenía al tanto de mi avance por medio de SMS se mostro un tanto extrañado al recibir una llamada de parte de Andrés…Je casi me cuelga todo por no decir ya llego don motoso.
Como a los 15 minutos veo llegar a la Yanqui, tengo que sacar las bengalas pues Yeras por alguna razón busca a la Sra. La cual a estas alturas del juego ya no es mi moto, Yeras me invita a comer unos pastes, que son empanadas, la novedad es que al menos en mi tierra suelen ser de carne y aquí hay unas que llevan arroz con leche.
Como siempre la plática se puso buena y el tiempo comenzó a presionar un poco, ya pasaban de las cuatro y sabía que ya no llegaría con luz a Tecolutla, Yeras quien se escapo de un compromiso ya también era un tanto presionado por su domadora, así es que me encamine a seguir con la ruta no sin antes pedirle me mostrara el famoso reloj monumental.
Ya había escuchado que era una estructura impactante, pero verlo en vivo es otra onda es una construcción de estilo neoclásico que data de la época del Porfiriato.
Me despedí de Yeras, agradeciéndole sus atenciones, esperando volver a tener la oportunidad de convivir nuevamente, para cuando deje Pachuca recibí un mensaje de Manolo el Touareg quien me avisaba que estaba en Tulancingo camino hacia Tuxpan, genial de encontrarnos compartiríamos camino hasta Poza Rica.
Por desgracia el tiempo dejo de favorecerme una lluvia tremenda se desato en este tramo, llegue a Tulancingo un tanto mojado y para cuando por fin llegue a la autopista Manolo se encontraba ya en Huachinango, la autopista me sirvió para secarme, aquí hay lugares donde tomas buena velocidad, el paisaje es un tanto artificial como dije es una autopista de video juego, Las granjas se terminan y un paisaje frio y boscoso lo domina todo solo para qué kilómetros más adelante el clima comience a cambiar a un ambiente tropical.
Paso Huachinango y sigo hasta Nuevo Necaxa aquí me entero que Manolo sigue en Huachinango, ni hablar no se nos haría encontrarnos, aun así mantuvimos contacto vis SMS durante la ruta.
Las curvas que llevan a Poza Rica son deliciosas hay tramos muy rápidos y tramos lentos de curvas enlazadas, casi no hay tráfico lento y creo que vamos a buen ritmo, la noche me alcanza al entrar a Poza Rica. La carretera hacia Tecolutla estaba casi desierta pero el tramo cuenta con bastantes reflejantes y la luna iluminaba bastante bien mi camino.
Llego a Tecolutla al filo de las diez de la noche, me sorprende ver una cantidad de gente tremenda, yo esperaba que ser por los primeros días de vacaciones todo estuviera más tranquilo, por los hoteles que voy pasando todos lucen el clásico letrero de “no hay habitaciones”… Comencé a preocuparme un poco, ya que si no encontraba hospedaje tendría que buscar un plan B como acampar al aire libre en un tráiler park o regresar a Gutiérrez Zamora.
Una Italika me da alcance, el “cumbias” un guía turístico me ayuda bastante, me la puso muy fácil Tecolutla esta al 90% si quieres una habitación en un hotel te va a costar arriba de mil pesos o si no eres fijado te puedo acomodar en un hostal, vamos a que lo veas ese te va a costar 300 pesos la noche, seguí a su Italika hasta una humilde casa donde sus habitantes construyeron una serie de cuartos tipo hotel.
Después de eso “Cumbias” me llevo a cenar, en Tecolutla la comida es barata y como había comido muy ligero en todo el viaje decidí ahora si consentirme, unas buenas cervezas, un coctel y un filete de pescado al estilo Tecolutla fue una bien merecida cena después de más de 700km de ruta. Disfrute un rato de plática con el cumbias y con la familia a cargo del hostal, gente muy sencilla y amable, que no podían creer que viniera desde Leon en esa moto y menos que hiciera el viaje en un día.
Amanece y Suzu conoce el golfo de México, yo estoy adolorido en la noche resbale en el baño y me di un muy buen golpe, mi brazo derecho estaba hinchado y tenía una herida abrasiva en el codo que con la agua de mar me dolía bien rico… tanto viajar en moto para lesionarme en el baño, ni hablar esas son las cosas extrañas del destino.
Tecolutla es un lugar tranquilo, lleno de gente amable y mucha belleza natural, tiene sus manglares, su rio y sus playas.
Esta vez estoy solo y simple y sencillamente no se qué hacer, lo primero que hago es ir a la playa ahí paseo con Suzu un rato, tomo muchas fotos y después pues vamos a desayunar y a curiosear.
Veo una laguna y me acerco a tomar fotos, pero este letrero me dice que no debo ir más allá, así que mejor voy de vuelta al museo donde los cocos están bien amarraditos.
Tecolutla cuenta con un acuario pequeño y un museo marino, si bien ya pudieron ver estos lugares en el relato de septiembre, esta vez fui de nuevo al museo cuya atracción principal es un cráneo de un monstruo marino, la leyenda ya se las explique la vez pasada pero resumo: ese animal llego muerto a las costas de Tecolutla, pesando cosa de 35 toneladas, fue a finales de los 60s y se ha especulado bastante sobre el tema, unos dicen que es un dinosaurio, otros que una ballena, unos dicen que según el carbono 14 tiene más de 500 años, otros aseguran que es el cráneo de una ballena rorcual puesto al revés.
Esta vez me facilitaron un cráneo de delfín y si bien puesto al revés llama más la atención se puede notar como el paladar es cóncavo y no convexo como sería el caso del monstruo si colocamos el cráneo al revés, obvio que yo no soy especialista en biología y debo admitir que después de ver varias fotos de cráneos de ballenas, si guarda cierta similitud con algunos.
Yo creo que la historia se ha distorsionado a través del tiempo, pero según mi pequeño guía, todavía hay gente interesada en el tema ya que 15 días antes fue un equipo de científicos estadounidenses a medir, fotografiar y analizar el cráneo.
Dejo el museo y me voy a dar un rol por el malecón, aquí puede uno ver el ir y venir de los pescadores, unos conviven, otros dan mantenimiento a sus motores y algunos más regresan de pescar mar adentro… había una lancha que no lograba reparar su motor Yamaha sus compañeros lo tenían de carrilla diciéndole que parecía que tenía un motor de Italika… el mar es altamente corrosivo y no hay duda de que se necesita un mantenimiento constante.
Este amigo perro me indica donde comer, llego a una pequeña fonda y decido pedir un platillo caro, por cien pesotes me llevaron mi filete relleno, esta chulada llevaba cosa de medio kilo de mariscos adentro entre camarón, pulpo, jaiba y caracol, además totalmente envuelto en un generoso filete, mi panza motosa no podía con eso así que pedí un par de buenas chelas y después de una hora logre terminar con eso, no hay duda la comida de Tecolutla es otra onda.
El resto del día fue tranquilo, me dedique a nadar en el mar y a disfrutar de la arena como un niño chiquito, ya más tarde decidí surtirme de un buen six y emprendí camino por la playa hasta donde no vi gente, ahí hice algo un tanto estúpido, pero que ha sido de lo mas delicioso, pese a que no tengo casco, ni botas, ni guantes y si por alguna razón resbalo no quiero imaginar cómo me puede ir por usar solo chanclas, camiseta y short, voy con el gas a fondo a 90 km/h sobre la arena, la brisa es deliciosa, no hay gente solo el sonido del viento, un sonido que difícilmente es igual al usar casco… por primera vez disfrute rodar sin equipo, aunque no espero volverlo costumbre.
Por fin llego a una playa desierta y disfruto mi six viendo como la luz se va, solo, lejos de todos. Mi regreso a Tecolutla fue casi en tinieblas y esta vez a no más de 20 km/h después de seis cervezas los reflejos ya no son los mismos.
Por la noche contacto a mi amigo en los tuxtlas y me despido bajo la amenaza de que tal vez mañana nos veamos después de unos cinco años de ausencia.
MRM MOTOCICLISMO INDEPENDIENTE