Regrese al trabajo, los amigos me preguntaron: ¿Qué tal tu fin? A lo que respondí: frió muy frió, Pues ¿en donde andabas?, respondo: en Durango. Todos mis compañeros de trabajo ponen una cara entre el no mames…. Y el inche loco, ellos ya saben que esto es verdad, ya presenciaron el viaje a Toluca y mis vacaciones en dos ruedas.
Que me motiva a hacer esto, ni yo lo se, tal vez en los genes tengo lo mismo que motivaba a la gente a explorar bosques y mares, o solo estoy un poco mal de la cabeza, la verdad no se.
De este viaje recuerdo que estaba disfrutando de mis días de asueto por el año nuevo y en el chat, con el buen Aarón platicaba de lo aburrido que estaba, me dijo por que no te vienes para acá, yo pensé jajá, si como no. Ya en la noche era un por que no, ya finalmente al día siguiente un vamos.
Es el segundo día del año, anoche le confirme a Aarón que si lo visitaría, según yo prepare mis cosas y a las siete me levante listo para una nueva odisea en dos ruedas.
Son las siete y media, cuando mi mama un poco nerviosa por mis loqueras, pero conciente de que uno tiene que vivir, me da la bendición y se despide de mi con un cuídate mucho. Yo ya no tengo a mi jefe, me toco verlo morir en cosa de una semana victima de una extraña enfermedad digna del Dr. House. Mi mama es lo único que me queda, ya no hay abuelos, ni abuelas, estamos solos y la verdad hay veces en que me siento mal por causar apuraciones, pero la verdad es que si el ser supremo decide llamarme a su lado, poco le va a importar a el, si estoy sobre mi moto o durmiendo en mi cama en la tranquilidad de mi casa, además creo que las apuraciones que le causo a mi madre se ven compensadas cuando regreso a casa y le platico lo que vi, lo que sentí, en fin todo lo que viví en dos ruedas.
Tome la autopista a Aguascalientes, pague mi caseta y con la rapidez que me permiten mis 150 c.c. tome ruta hacia Durango, esta autopista está en buenas condiciones, tiene dos carriles, pero la verdad esta cara y no ahorra mucho tiempo.
Paso Lagos de Moreno y llego a la segunda caseta, aquí ya suman 170 pesos de casetas, chale.
A pocos kilómetros de dejar atrás Encarnación de Díaz, aparece la mesa del llano, esta es una meseta que esta en la ruta de los peregrinos a San Juan de los Lagos, me detengo, tomo un par de fotos y veo que a lo lejos las nubes se ven un poco grises, pero no se ven demasiado agresivas así que sigo rodando, a los cinco minutos veo la primera gota impactarse con la mica de mi casco, luego otra y otra, no le doy importancia pero al cabo de un par de minutos estoy mojado, me detengo pues olvide cubrir con una bolsa mi sleeping, tengo que tomar la bolsa que traigo en el maletero para mi ropa y usarla para cubrir el sleeping, primera cosa que me falla.
La piel de mi pantalón y chamarra no dejan pasar el agua, aun así ciento frió, pero pienso que es solo una nube pasajera, pues efectivamente fue pasajera, solo duro hasta que llegue a Aguascalientes, de hecho justamente en el reten militar dejo de llover.
Me detengo en una gasolinera, lleno tanque y me dirijo a la cafetería, tomo un capuchino caliente de la maquina, pero demonios, me cuesta trabajo pagarle a la cajera ya que estoy temblando como gelatina. La cajera me pregunta: ¿tienes frio? Solamente sonrió, ni siquiera puedo hablar bien.
El café caliente no es algo que me agrade, pero el frio hace que me sepa a gloria, el tener el vaso caliente en mis manos ayuda a recuperar la sensibilidad perdida en los dedos.
Salgo por mi Sra. Y en el estacionamiento va llegando una van llena de chavos que no rebasan los 10 años, me saludan y correspondo, uno de ellos me dice vamos a Zacatecas al beis, no vienes amigo, sonrió y respondo yo voy más lejos, el único adulto era el chofer, me pregunta de que parte de Guanajuato vienes, obvio que mis placas naranjas llaman la atención, le respondo de León, ahh vuelve a preguntar y a dónde vas, a Durango respondo, no pues mucha suerte amigo eso está muy lejos aun. Yo había recuperado el ánimo, ya no tenía frio y el clima no se veía amenazante, así que me despedí esperando recuperar un poco el ritmo perdido.
Tome uno de los anillos que rodean Aguascalientes, me gusto mucho ver que los semáforos están sincronizados a 60 km/h así que los autos no van tan rápido. Siguiendo señales llegue a la salida a Zacatecas sin contratiempos
A pocos kilómetros de dejar Aguascalientes empieza a llover y más fuerte que la vez pasada.
Mi Sra. No tiene marcador de gasolina y el odómetro y velocímetro están dañados, por eso no les puedo dar medidas de tiempo y kilómetros con la exactitud que quisiera.
Solo sé que le respondí un mensaje a Aarón diciéndole que el clima no me favorecía.
Aquí perdí un poco la noción del tiempo solo recuerdo manejar y manejar, mientras hacia una rutina de abrir mi casco cada minuto para dejar que se desempañara al tiempo que limpiaba con el guante la visera.
La carretera es de un carril y medio, así que todo el tiempo estuve circulando por el acotamiento con mi direccional prendida, podía mantener una velocidad aceptable ya que la mayoría de la carretera es recta, casi no hay curvas y las pocas que hay no ofrecen mucho reto.
El agua contribuyo a que no tomara tantas fotos como quisiera, además cada vez que me detenía el frio hacia que volviera a temblar, es extraño pero al manejar no sentía tanto frio.
Llego a la entrada de Zacatecas, las señales me confunden y en vez de tomar el libramiento acabo en la autopista a Torreón, pasan los kilómetros y no veo ni un solo retorno, me desespero un poco, ahora mi ruta está equivocada y no puedo hacer nada para corregirlo ya que los carriles contrarios están separados por una barrera de concreto, en eso veo un puente peatonal, oh estoy salvado, mi moto apenas cabe en la angosta rampa, pero como no hay ni un alma usando el puente y no tengo ni idea de donde pueda retornarme subo, vuelta, subo y vuelta y vuelvo a subir ahora estoy a 6mts sobre la autopista que quería perderme, la lluvia no me deja tomar fotos pero hay estoy yo y mi Sra. Trepados en un puente haciendo un retorno improvisado.
Regreso hacia Zacatecas y ya con más cuidado recupero el rumbo, valla esta vez ni siquiera estudie mi ruta en el google maps.
Ahora si estoy en el libramiento, la lluvia disminuye y aparece el sol, de nueva cuenta el viento seca mi ropa y me vuelvo a detener por gasolina, y de nueva cuenta otro café, sigue sin gustarme el café caliente, pero es peor aguantar el frio.
Mi ruta sigue, paso otro reten de soldados sin novedad, me dejan pasar de largo, el camino sigue siendo una recta enorme, con algunos c.c. mas se podría reducir el tiempo considerablemente.
El paisaje es desértico y prácticamente es el mismo desde que deje Aguascalientes, a veces hay ligeros cambios en la vegetación pero solo ruedo en soledad.
Paso Fresnillo de largo, voy contento porque ha quedado atrás la lluvia o al menos eso pensaba, llego a la señal que indica que estoy por cruzar el trópico de cáncer, nunca había estado tan al norte.
Me detengo a tomar fotos hay mucha basura y huela mal, a lo lejos veo que está lloviendo, auch solo espero alcanzar a librar la tormenta, pero más adelante al subir una loma, veo que hay lluvia atrás, adelante y a los lados, estoy en algo así como el ojo de un huracán.
De nueva estoy sin noción del tiempo, hay veces que al detenerme veo que ha pasado más de una hora y hay veces en que solo han pasado diez minutos, creo que esto es causado por el estar manejando en pura recta, con un paisaje muy similar y en carreteras relativamente más solas que en las que acostumbro rodar.
Y sucedió, de vuelta está lloviendo, me acerco a un reten militar, no veo a nadie, creo que los sardos le tienen miedo a la lluvia, solo hay soldados de cartón y me digo; foto, foto. Me detengo tomo una foto del lugar y bajo de mi moto, quiero una foto con uno de los monos de cartón, en ese momento me doy cuenta que no estaba solo el lugar, los soldados estaban resguardándose en una de las trincheras del otro lado del camino, uno de ellos viene hacia mí y me dice: hey no puedes tomar fotos aquí, no me le voy a poner necio a alguien que carga un rifle de asalto, solo le respondo perdón, me subo a mi moto y sigo rodando en medio de la llovizna.
Hace un buen rato que no veo un solo señalamiento, según yo ya debo de estar en el Estado de Durango, pero aún falta mucho para llegar a la ciudad de mi amigo.
El camino se vuelve zona de curvas, por fin hay un poco de diversión, solo que por la cercanía con los cerros aquí empieza a llover más fuerte y casi no veo me encuentro con una suburban que va como a veinte kilómetros por hora, decido seguir a su ritmo, en vez de rebasarla, rodamos juntos hasta Sombrerete donde tomamos diferente camino, aquí fue donde yo la verdad sentía muchas ganas de tirar la toalla, tenia frio, estaba mojado, pero dije solo tengo que soportar esto una hora más
Por fin las señales me dicen que estoy en Nombre de Dios, por los relatos de Aarón ahora sé que ya prácticamente lo logre, intercambio mensajes y acordamos donde vernos, en este poblado veo un par de puestos de mezcal y una de esas famosas desponchadoras, que nosotros los del centro del país conocemos como vulcanizadoras.
Los últimos kilómetros pasaron rápido, antes de entrar en Durango pase otro reten donde tampoco me detuvieron, seguí derecho hasta que después de un par de semáforos llego al punto de encuentro, a lo lejos veo a Aarón saludando, lo logre recorrí poco mas de 550 km en solitario y solo me llevo diez horas, a pesar de la lluvia y el frio lo logre.
Aarón me dice, quieres bañarte o ir a comer, a pesar del frio, tengo más hambre solo traigo en el estomago dos cafés, así que acepto su invitación a las gorditas, cabe mencionar que las gorditas tienen un tamaño jumbo al menos aquí en Guanajuato las gorditas son pequeñas, las de Durango son del doble de tamaño.
Después de comer me instale en casa de Aarón, entro a bañarme y es ahí donde me doy cuenta que me estaba congelando, pues a pesar de que veo salir mucho vapor, el agua no la siento caliente, pasan varios minutos para que empiece a recuperar la sensibilidad.
Después del baño, me doy cuenta de que siguen los errores, olvide llevar calzado extra, demonios vienes de la ciudad zapatera de México y solo traes las botas que están mojadas y frías, por si eso no bastara mi pantalón se rompió dentro del maletero, al sacar la bolsa donde traía mi cambio de ropa para cubrir el sleeping no cuide acomodar bien la ropa y hay esta el resultado. Aarón por suerte también calza grande y me facilito unas botas (también estoy en deuda por eso) una vez salvado, con ropa seca y bien comido fuimos a dar el tour por su ciudad.
La primer parada fue el mirador, donde pude disfrutar de la maravillosa panorámica de Durango, el recorrido por el centro Aarón lo describe mejor, aunque el mismo admite que conoce poco de la historia de su ciudad, fue un buen guía en ese rápido recorrido nocturno, me gusto mucho la zona de las Alamedas y sobretodo el colorido de sus luces navideñas, la estación de ferrocarril también es un lugar interesante, espero poder dar un tour mas a conciencia en esa ciudad, por lo pronto ya sabemos llegar, nuestro recorrido termino ya noche, la última parada es a cenar, unos ricos tacos y a dormir que mañana hay que pararnos temprano, porque hay que regresar a casa.
La alarma de mi celular me despierta, a chinga.. on toy. Oh ya lo recuerdo andas de loco en Durango, me quito la cobija y demonios, Durango si es mas frio que León, que mas da ya llegaste hasta aquí, ahora cada kilometro te acerca más a tu casa. Mi chamarra y pantalón de piel están secos pero bastante fríos, así que me dejo la ropa que traigo debajo, las botas igual, secas pero frías me pongo doble calcetín y vámonos estoy listo, Aarón también está listo para rodar así que bajamos por las motos, el plan es que el me acompañe hasta Sombrerete, pero apenas abre la puerta de la cochera me dan ganas de arrepentirme, de nuevo frio, mucho frio y veo que la ciudad está cubierta por un banco de niebla.
Vamos a cargar gasolina y minutos antes de dar las ocho, estamos dejando Durango, la niebla es densa, casi no hay vehículos en el camino y valla que hace frio ya no siento los dedos y apenas viene lo bueno.
Según vi en internet ese día Durango registro temperaturas de -13º y en las cercanías de la ciudad de Durango la temperatura era de -3º no sé si esto era cierto, pero yo sentía mucho frio y la neblina nos tenia empapados, de nuevo a circular con la mica abierta, se me congelaba la cara así que eche mana a mi pasamontañas aun así no ayudaba mucho.
Aarón tenía los lentes empañados y me decía que ya no sentía los dedos, pensé que se regresaría y la verdad no lo culparía de haberlo hecho, no veíamos más que cosa de 50 metros. Lo único interesante de estar en ese banco de niebla es que descubrí que la niebla tiene varios tonos y colores por momentos lucia un gris fantasmal, luego tenia tonos azules y por momentos se volvía totalmente blanca.
De repente la neblina se volvió blanca, blanca. Era como tener un reflector frente a nosotros, algo así como la clásica imagen de cuando alguien llega al cielo, una tremenda luz blanca cegadora y luego nada, simplemente aparece el sol y la carretera ante nosotros logramos cruzar el banco de niebla, al instante se siente el calor del sol, la alegría duraría poco nos vamos acercando a Nombre de Dios y de nuevo llegamos a un banco de niebla hasta me recordó la serie de los 70’s llamada camino al cielo.
De nuevo tengo frio y hace ya una hora que casi no siento los dedos, Aarón me lleva con el proveedor de mezcal, nos ofrecen probarlo Aarón no acepta, pero con el frio que tengo bienvenido sea, ahh una ola de calor me invade, compro mezcal blanco en ese momento me supo suave muy suave, ya después que pude probarlo en casita me di cuenta que sabia a gasolina, con razón los rusos son inmunes al vodka con el frio que hace en sus tierras apenas.
Volvemos a rodar, dejamos de nueva cuenta la niebla atrás y aprovechamos para parar, Aarón estaba igual o peor de entumido que yo, al menos a mi si me aliviano mucho el trago de mezcal, Aarón compra un café en un parador de trailers, es extraño yo ya no siento frio, pero Aarón ya tenía los dedos morados, afortunadamente ya había pasado lo peor, de aquí a Sombrerete ya no habría niebla ni humedad.
Pero tenía que aparecer el loco del día, faltando un par de kilómetros para llegar a Sombrerete Aarón rebasa a una camioneta, yo me quedo atrás, no tengo potencia suficiente por estar subiendo una pendiente, el hecho está en que el cuate de la camioneta se siente intimidado por su rebase y de ir a 60 km/h acelera y va pegado a Aarón leyéndole las placas, mientras Aarón se divierte con la camioneta un camión guajolotero empieza a rebasarme y a medio rebase el muy idiota decide cerrárseme tuve que aplicar un frenazo brusco para no quedar hecho calcomanía en el autobús.
Empiezan las curvas y veo como Aarón deja muy atrás a la camioneta asesina, yo vuelvo a rebasar al camión, pero la potencia de la Dr. sale a relucir pierdo de vista a Aarón, nos encontraríamos al llegar a Sombrerete.
En Sombrerete damos un tour rápido y buscamos donde comer algo, yo pedí unos sabrosos chilaquiles y por módicos treinta pesos me trajeron un plato del tamaño de mi hambre, no me quejaría de no ser porque también había pedido un plato de flautas, bueno me “sacrifique” y acabe con los dos platos, ya con barriga llena nos despedimos, Aarón tomaría camino a la sierra de órganos y yo seguiría con mi ruta hacia León.
Adiós frio ahora, el sol estaba en todo su esplendor, yo vagando en medio del semidesierto, ahí donde las rectas son interminables, vuelvo a perder la noción del tiempo, paso el reten militar no me detienen y me quedo con las ganas de tomarme una foto con los soldados de cartón. Voy con otro ritmo a buen paso, con pavimento seco, buena visibilidad nada que ver con el día anterior, ahora puedo apreciar el paisaje en su totalidad, por ejemplo el lugar que estaba lleno de basura del otro lado del camino se ve el porqué, resulta que hay un tiradero a cielo abierto que tiene contaminado todo un tramo de carretera con bolsas y papeles.
Dejo atrás Fresnillo y ya cuando me doy cuenta estoy en Zacatecas, voy tan entusiasmado por el ritmo que traigo que olvido cargar gasolina, desde que Salí de Durango no he cargado gas y hay va el Motoso vagando en solitario sin saber lo que vendría.
Tomo la autopista de Zacatecas a Aguascalientes empiezo a subir y subir, voy rebasando trailers y vehículos más lentos, termina el asenso ahora todo es de bajada según las señales estoy a 55 Kilómetros de Aguascalientes, voy rápido la bros tiene buen velocidad en las bajadas.
Mierda mi moto esta tosiendo, diablos comen gasolina, idiota en que estabas pensando, bueno no hay ps tengo la reserva, con mi mano busco la válvula de cambio, la muevo y nada, me estoy quedando sin vuelo y no arranca, demonios.
Me quede sin impulso, salgo de la carretera reviso la válvula y mierda, nunca revise eso desde que la Sra. está en mis manos nunca había visto la válvula de la gasolina, resulta que estaba en reserva y ahora estoy en medio de la nada sin gasolina, hasta donde alcanzo a ver no hay nada, absolutamente nada, pendejo querías llegar temprano.
Recuerdo el tip de acostar la moto, funciona vuelve a prender, ahora sin acelerones bruscos vuelvo a rodar esperando encontrar gasolina, avanzo unos cinco kilómetros y escucho de nuevo el toser de la Sra. Ya no hay mas, ahora si tendrás que chingarte a empujar, llevo dos kilómetros empujando cuando me encuentro con un ranchero en bicicleta, lo saludo y le pregunto dónde puedo encontrar gasolina me dice vas bien te faltan unos cuatro kilómetros, uta ni modo sigo empujando, estoy sudando parece mentira que hace solo unas horas estaba rodando a temperaturas congelantes.
Cuatro kilómetros después estoy cruzando un reten militar, un soldado se me acerca y dice a donde, yo respondo: necesito gasolina, animo ya mero llegas solo tienes que cruzar ese puente, igual si quieres deja aquí la moto, hey si como no, ya solo falta medio kilometro, llego a la gasolinera y 12 litros exactos a la Sra.
Volvemos a rodar, perdí casi dos horas por esa idiotez de no cargar gasolina, llego a Aguascalientes y tomo de vuelta el anillo exterior, vuelvo a tomar la autopista pues la noche ya prácticamente esta sobre de mi, en Encarnación de Díaz me quedo sin luz.
La bros tiene muchas cualidades, pero el manejo de noche no es una de ellas, no alcanzo a ver, tengo que bajar el ritmo para poder ver a donde voy, me encuentro con un camión, aplico la técnica del chicle voy atrás de él a no más de 80 km/h pero en Lagos de Moreno me deja solo.
Kilómetros adelante me encuentro con una van y vuelvo a hacer lo mismo pegado a él cómo leyendo placa, veo pasar los autos a 120 y no me queda más que aguantar aquí, llegamos a León a eso de las ocho de la noche, meta cumplida más de 1100 km. En solitario en una bros 150 c.c.
Demonios estoy loco o estúpido en verdad fue una odisea, como moraleja tengan cuidado con la válvula de gasolina y no olviden ropa extra, mil gracias al buen Aarón por las facilidades dadas para esta rodada espero volver a verte en algún lugar del camino amigo.
En verdad valió la pena este viaje nos leemos en la próxima amigos.