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Pegas como niña Sierra Gorda

 Relato enviado por: Troy

Al infinito y más allá Foto @Zolin

Al infinito y más allá Foto @Zolin

 

 

Suena la alarma, me levanto sin problemas, me sorprende que no reniego como cuando tengo que levantarme temprano al trabajo. Me pongo mi pantalón con protecciones, mi chamarra con hombreras coderas y protección en la espalda, guantes, casco y unas botas que recientemente me regaló mi papá, no son para motocicleta pero se ven bastante robustas, por el momento servirán, me despido de mi familia y monto la motocicleta que ya estaba preparada con el equipaje desde el día anterior.

 Empiezo a dejar atrás la casa de mis suegros que es donde pasé la noche debido a la cercanía con el punto de encuentro que se estableció con el grupo de Puebla, anteriormente había contemplado la posibilidad de ir hacia los héroes Tecámac y tomar la autopista de cuota a Querétaro para después verme con todo el grupo pasando la caseta de Palmillas y ahorrarme 50 kilómetros, sin embargo nunca había rodado en grupo y tenía muchas ganas de hacerlo por lo que decidí encontrarme en el arco norte con Zolin y Ángel para aprovechar al máximo la experiencia de no rodar sólo.  Pienso por un momento pasar a desayunar ya que voy muy adelantado pero no me agrada mucho parar en los viajes por lo que sigo adelante, llego a la autopista 132 D (Pirámides), hay mucha neblina, paro a tomar algunas fotos y continúo, llego al Arco Norte y como es mi costumbre me paso, tomo el siguiente retorno y llego al punto de reunión a las 7:45 aproximadamente. Apenas me estoy terminando de bajar de la motocicleta cuando diviso dos motocicletas aproximándose, es Zolin! Inmediatamente lo reconozco, debo de admitir que estaba un tanto nervioso por conocer a ese de quien tanto he leído en este sitio, me saluda muy cálidamente al igual que su amigo Ángel de quien no sabía nada, hacemos algunos comentarios sobre el tiempo de llegada y los tres agradecemos que nadie tuviera que esperar por nadie. Lo siguiente que noto es la impresionante motocicleta de Ángel, una Kawasaki Z1000 que se veía un poco fuera de lugar entre las dos NS. Zolin me pregunta que si ya desayune y ante la negativa me comparte de su barra de cereal (de esas de las que no solo vive el hombre). “Pues vámonos” escuchó, “pues vámonos” repito.

Emprendemos camino y noto la hora, pienso que vamos a llegar tarde al punto de encuentro, ya ni modo, espero no se molesten por llegar tarde.

El arco norte es una carretera con muchas pendientes en las que es difícil mantener la velocidad con tan solo 200 centímetros cúbicos (mi lata de coca tiene más desplazamiento que eso), inmediatamente pienso que nuestro compañero ha de ir un poco desesperado ya que si él quisiera ya estaría en Querétaro desde hace una hora (ok, tal vez exagero).

Mantenemos el ritmo lo mejor que podemos y volvemos a encontrar neblina, de esa que moja el visor completamente, vuelvo a mirar el reloj y me doy cuenta de que llevamos muy buen tiempo, es increíble lo rápido que pasa el tiempo y los kilómetros cuando ruedas acompañado, me impresiona la gran diferencia de rodar solo, no es tan monótono ni tan cansado, supongo que la compañía crea un efecto psicológico que cambia la percepción del tiempo y reduce el cansancio, o tal vez solo iba muy emocionado como niño que va por primera vez a la feria de Chapultepec.

 Llegamos a tiempo, no veo a Almighty por ningún lado, noto que hay un pequeño paradero pero Zolin continúa su camino, unos metros más adelante lo veo, con la cámara lista, se encuentra a un lado de la carretera entre unas rocas bastante movedizas, entro con cuidado para no caerme, estaciono la moto y saludo a otra persona de quien había leído mucho pero no conocía en persona, un saludo cálido, una pequeña platica y vámonos.

 Llegamos a un paradero que se encuentra entre los dos carriles de la autopista, cargamos gas y nos estacionamos, empiezan a hacer algunas llamadas, paso al sanitario y salgo para seguir esperando, veo algunos motociclistas llegar, “¿son ellos?” pregunto, me contestan que no, me comentan que se comunicaron con ellos y que están parados pocos kilómetros antes, bueno ya no han de tardar. Ya ni supe cuánto tiempo pasó pero fue más del que yo esperaba, pero no importaba, ya nos íbamos. ¿Qué no? ¿Qué vamos a desayunar? Supongo que así son las rodadas en grupo, mucha convivencia y pocos kilómetros, me dispongo a disfrutar la comida y después de unos 45 minutos de plática risas y un buen rato deciden retomar el camino ante un comentario de motorutero “¿ya están listos, ya nos vamos?” o algo así preguntó.

Antes de la raspada Foto @Zolin

Antes de la raspada Foto @Zolin

Un señor que ni conozco en una moto DP decidió regresarse y se despidió, uno menos, encojo los hombros y me monto a mi moto, que por cierto me chulearon Obi y su novia, que se veía nueva decían, “es que no la he tirado” les comenté.

 Salimos por fin, Almighty me comenta que yo me voy atrás de la niña, la única niña que había era la que llevaba Obi así que me coloco atrás de él, ya en la carretera después entendí que había querido decir Ninja no niña, ups, ya ni modo, espero no lo hayan notado.

Rodamos un rato por quién sabe dónde, ya que tomamos una desviación que no conozco,  noto que el chavo de la Ninja adelantaba y se atrasaba repetidamente, se me hizo raro, pero yo que sé de rodar en grupo, después me enteré que iba regañando a Obi por quien sabe qué cosa.

Rodamos un rato así, entre un tráfico ligero, siento que en ningún momento nos acoplamos, es difícil mantener la distancia y esquivar el tráfico a la vez. No obstante, llegamos a la sierra después de un rato, no sin antes parar por quien sabe qué razón.

Pits

Pits

Ya en la Sierra Gorda paramos a tomar unas fotos y después de regar la vegetación partimos, yo ya no tengo ni idea del orden que llevábamos, solo noto que Almighty toma el liderazgo, el muchacho de la ninja me da el paso y yo respectivamente se lo sedo a Obi, empiezo a tomar las curvas, Obi lleva buen ritmo, yo voy tan ansioso por estar por fin en la Sierra Gorda que olvido todo lo que he leído y experimentado sobre tomar curvas, mi línea no es la adecuada, voy demasiado cerca de Obi, admiro demasiado el paisaje, freno tarde, después de algunas curvas noto un movimiento raro en la moto de Obi, lo cual lo hace bajar la velocidad aún más, yo planeo acostar la moto un poco o mucho más por lo que decido rebasar a Obi.

Empiezo a tomar las curvas más rápido rosando en una ocasión el pavimento con los pegs de la moto, voy feliz pero preocupado por haber alterado el orden del grupo, “ya aguantaré el regaño” pienso, y para sumar algo más a mis distracciones está la belleza de la sierra, me parece impresionante y no puedo creer que semejante carretera envuelta con ese paisaje exista tan cerca de casa, más adelante pagaría el precio de esas distracciones y falta de atención en lo que estoy haciendo, se aproxima una curva, calculo la velocidad para tomarla igual que tomé alguna anterior similar, sin embargo esta curva ciega era más pronunciada de lo que había “calculado”, tomo una línea muy cerrada, el ápice queda a kilómetros de distancia, me empiezo a acercar peligrosamente a la barrera de contención, solo tengo 3 opciones, frenar en plena curva, inclinar más la motocicleta, o enderezarla e intentar frenar lo más que pueda antes de golpear la barrera, como pueden ver en el video, opté por la tercera, se me apagó la tele, ya cuando vi estaba en el suelo, inmediatamente levanto la motocicleta pero ya no me es posible quitarla de media carretera debido a que siento un dolor muy fuerte en la mano izquierda, posible fractura ya que me duele bastante. Noto un leve dolor en el pecho, pero no le doy importancia ya que el de la mano es mucho más agudo. Lo que siguió fue un poco confuso, solo recuerdo haber visto a Zolin a quien le pedí que quitara la moto de ahí a lo que accedió amablemente.

Nos retiramos del lugar para estacionarnos en un otro más seguro, alguien me hace notar que mi bota está rota, me preguntan cómo me siento, me piden que me revise, me ofrecen agua, todos muy serios y muy atentos, lo que hago seguido es preguntar por el estado de la motocicleta, Zolin se encuentra realizándole algunas reparaciones y en general me dice que todavía sirve, mi intención es continuar con el recorrido, sin embargo Obi y su novia me comentan que se regresan por diversas razones, ahora tengo dos opciones, regresar o seguir, me siento capaz de continuar, sin embargo me viene a la mente mi hija y esposa, ya quiero verlas, aunque considero que el accidente fue leve, entran pensamientos preocupantes a mi mente por lo que opto por regresar, no lo haría solo de todas formas, si me sentía incapaz de seguir ya habría quien llamara una ambulancia.

Qué paso?

Qué paso?

Revisando

Revisando

 

Me despido de todos, me siento muy apenado por amargar la salida, todo gracias a mi exceso de confianza, los noto muy serios, solo espero que no me guarden rencor y procedo a rodar hacia el lado contrario.

Al principio Obi rueda muy lento, preocupado por mi condición física obviamente, se para en un mirador para preguntarme como me siento, le digo que más o menos pero que continúe con paso normal, que yo lo puedo seguir sin problemas, aumento un poco la velocidad pero aun así lo noto lento, más adelante en un semáforo me pregunta cómo me siento, le contesto que solo me duele cuando respiro, lo que les saca una risa a él y a su novia. El dolor en el pecho aumenta cada vez más. El de la mano es significativo lo que me dificulta mucho meter el clutch por lo que reduzco el cambio de velocidades al mínimo.

Circulamos así por un rato hasta llegar a un oxxo, su novia de Obi me dispara un gatorade y Obi me regala una venda y un poco de pomada lo cual a los pocos minutos reducen la hinchazón, ahora solo me duele el pecho, no es tan malo siempre y cuando esquive la mayoría de los baches.

Pasa un rato, más kilómetros, ya estamos en la 57, solo paramos una vez más a ponernos los impermeables ya que las nubes que se aprecian se ven bastante amenazadoras, solo llueve un poco, sin embargo algunos kilómetros después se desata la furia de Tláloc, a esto añadir que el pavimento estaba rayado en varios tramos vuelve la situación bastante peligrosa, optamos por el acotamiento, sin embargo está inundado, después de varios sustos y pensamientos de tipo “no por favor, otra vez no” logramos llegar a una gasolinera donde ya no llovía, cargamos gasolina y obi y su novia me comentan que quieren parar a comer, me preguntan si yo también, yo ya quiero llegar por lo que reviso el celular, no tengo señal y Obi me presta el suyo, noto que estoy a menos de 5 minutos de mi desviación por lo que no tiene caso esperar si de todas formas nos separaremos a los pocos kilómetros y yo ya quiero llegar. Les comento que mejor le sigo, agradezco las atenciones y retomo la ruta para llegar a casa de mis suegros en menos de media hora. Algunas horas después visité el hospital, al día siguiente a rayos x, no hubo fractura ni nada serio, sin embargo a los 6 días de lo sucedido todavía me duele como si me hubiera caído ayer.

Quiero aprovechar este espacio para agradecer a Zolin, Ángel, Almighty, Romo, Bonnie, Obi, y su novia, y a los demás (de quienes no conozco su nombre) por las atenciones, medicamento, pomada, reparaciones, ánimos, porras, preocupación y muchas cosas más. De verdad que se portaron a la altura, nadie juzgó, se rió, burló, comparó ni me hizo sentir mal por lo sucedido…. hasta que supieron que estaba bien, desde entonces no me la acabo con la carilla, pero me han sacado muchas risas y me han ayudado a apreciar lo que realmente importa, disfrutar la ruta y todo lo que tenemos en el día a día. De nuevo gracias y no puedo esperar para volver a compartir camino con ustedes.

Recuerden usar equipo de protección completo, busquen una armadura que les proteja el pecho porque créanme que es una zona muy delicada y dolorosa cuando sufre impactos, botas de mejor calidad y sobre todo el casco ya que el mío se llevó un buen golpe y necesitará remplazo, estoy seguro que de no haber llevado puesto el equipo que mencioné al inicio el resultado hubiera sido muy diferente, así que no lo olviden, vístanse para caerse, sin hi viz y sin reflejantes, nos vemos en el camino.

Recuentos de los daños

Recuentos de los daños

Y si fuera un calzado "normal"

Y si fuera un calzado “normal”

Hematomas

Hematomas

 

Hematomas 1

Hematomas 1

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